31 julio 2009

"Será lo que sea de ley"



Te he imaginado sonriendo sentado en el suelo, piernas abiertas y mirada juguetona, con un biberón en las manos emitiendo grititos, despertándome a las tres de la madrugada, y a las cinco, y a las seis, dando un concierto a la vecindad y poniendo a prueba nuestros nervios, balbuceando un día tu primera palabra mientras tu madre y yo, alborozados, te comíamos a besos, escribiendo tu primera letra, indefinida e ilegible, pero la primera de muchas, tomándote un yogurt que acto seguido me escupías encima, para después reír por travesura, subido a un triciclo dando vueltas y más vueltas a la casita de tus abuelos, a tus abuelos con un nudo en la garganta, con los rostros rojos y un poco hinchados, con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa de foto, poniéndote un pañal detrás de otro, balanceándose para dormirte, y discutiendo por tenerte, enseñándote a prepararte la merienda, con la nocilla en el poyete y el pan de leche preparado, dándote consejos mientras tú abrías los ojos para retener todo lo que te contaban, dándole todo su cariño a mamá cuando ella volvía a por ti.



He imaginado a ella con la tensión de las horas previas, llorando contigo en brazos, pendiente de tus movimientos, contando mil y una anécdotas, leyéndote un cuento, a ella sonriendo por ti. Un paseo por la montaña contigo en la mochila, una cola eterna de ambulatorio con 39 de fiebre, tu alegría por la batalla ganada a una araña, tus andanzas con la bici, tu experiencia en el entierro de tus abuelos, tu abrazo a tus tíos, tu sonrisa al marcar un gol, tu pena por el perro herido, tu esfuerzo en lo que te cuesta, tu llegada a casa con el carnet de conducir, tu dolor tras el no de un primer amor, tu casa nueva, tu primer despido, un nieto y algún susto.



He imaginado una sonrisa en tu rostro y otra en el mío. He imaginado una mueca de dolor que yo he compartido. He imaginado lo bueno y lo malo.

Pero lo he imaginado.

"Será lo que sea de ley", dijo tu tatarabuela. Hubo sentencia.

2 comentarios:

El Tito de S. dijo...

Me he emocionado por tanta poesía y tanto amor que despides en estas palabras. Se me ponen la piel granulosa al releer lo que has escrito debido a su belleza que destila cariño, ternura y un deseo contenido.
Qué grande eres!!!! Le estás echando mucho coraje al asunto, tanto como lo demuestras en tus correrías en bici. Tus hazañas ciclistas te sirven para curtir el alma, no solo para curtir la piel. Adelante, sobrino. Pienso que la aceptación no es una derrota sino la tranquilidad de un camino a seguir.
Un beso para ti y otro para Pepa.
¡Ufffff.....!!!!

Riki dijo...

¡¡¡Rafa!!!

¿Ande estás?
Estoy hablando con un compi de curro para ir unos días a los pirineos...y claro, si sigues en Andorra podríamos aprovechar para visitaros.
¿Estás allí, aquí o en Onti?

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