20 mayo 2010

Deporte en el Camino

Hay deportes y deportes. Está el deporte normal que a base de palabrería podemos hacer grande y especial, como es el caso en este blog en el que de manera global se ensalza todo ese esfuerzo del que suscribe y de sus amigos y familiares. Pero hay otro deporte que es el de quienes dicen no practicarlo.

Estos días mis padres y mi tío Javi andan haciendo el Camino de Santiago. Ellos, que hace unos días salieron de Ponferrada, no hacen deporte, no, sólo se levantan a las seis de la mañana y andan cargados con una mochila hasta la hora de la merienda, cuando buscan el descanso. Sí, hacen turismo, visitan lugares por los que pasan y ven grandes paisajes, descubren la gastronomía y conocen a la gente del lugar... pero eso no es hacer deporte. ¿No?

Pues eso, exactamente eso, es lo que hace un cicloturista como yo que durante tantos años he oído, oigo y lamentablemente oiré a gente que me dice que estoy loco con tanto deporte. Todo es deporte, majos, y si no que se lo digan a mis padres y mi tío, los cuales en cuatro días, cinco a lo sumo, se plantan en Santiago.

Anoche durmieron cerca de Portomarín, ilusionados, contentos, felices, satisfechos por lo que están haciendo. Aunque eso no sea deporte. Dicen.

1 comentario:

Mary dijo...

No, no, eso no es deporte. Por eso yo, que considero que sí lo practico, acabo reventadita cuando voy con ellos de excursión. Todo depende del punto de vista con el que se mire. Cuando regresen nos contarán su "paseíto", jeje.