21 mayo 2010

Raza


Chema Martínez, al que no hace falta que presente, lleva cara de pocos amigos. Está sufriendo porque lo están llevando por el camino de la amargura. Los keniatas, a su lado, miran al suelo o miran al cielo o no miran, pero el caso es que están ahí como quien pasea por la calle Colón, por la Gran Vía o por cualquier lado, ajenos a que sus músculos están reventando, literalmente, a un tipo que se ha colgado un par de medallas en unos Europeos de atletismo. La foto, maravillosa, la he robado de la web de Superdeporte, y es de mi excompañero Paco Calabuig.

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