04 marzo 2010

La nueva redacción


La nueva redacción, en su primer día y cerca de la hora del cierre.

El Periòdic d'Andorra ha cambiado de ubicación. Los despachos viejos del edificio de Caldea, que por muy curioso que sea el escenario, estaba lleno de goteras, han pasado a ser cosa del pasado. Diez años después de que se instalase allí la redacción del periódico, hoy ya no existe.


La antigua, con las últimas mesas habilitadas en el último día antes del cambio.

Una de las cosas que más me sorprendió de aquella redacción la primera vez que entré fue que las pantallas de los ordenadores eran de tubo. Hacía años que pensaba que eso ya ni existía salvo en los ordenadores domésticos, pero con ellas hemos seguido al pie del cañón, quedándonos un poquito más ciegos, durante dos años y medio más.


El payaso habitual, en uno de los primeros días en El Periòdic d'Andorra, hace más de dos años.

Mi sorpresa inicial fue costumbre después, y hoy es cambio radical con los mismos ordenadores, pero con pantallas planas, en un edificio decentemente nuevo, muy señor y realmente tranquilo, sin el ir y venir del turismo que aglutina Caldea, el cual, bien mirado, tampoco era una molestia, sino una de sus peculiaridades.

Hoy estamos todos los redactores mejor conectados, más cerca, el ambiente es el de una redacción seria, la verdad, y en cierta manera da gusto trabajar allí. Los cambios no siempre son necesariamente a mejor, pero es justo reconocer que, en este caso, sí lo han sido, y por tanto agradecer los esfuerzos, a quien corresponda. Eso sí, si antes teníamos Andorra a la vista, hoy tenemos el hospital, y el cielo cuesta verlo, allá arriba, girando el cuello en difícil gesto. Pero está.

2 comentarios:

Mary dijo...

¿En ésta también se entra desde el ascensor, como en las pelis?

Iago Andreu dijo...

Pues sí, también se puede entrar desde el ascensor.

M'agrada aquest nou local, rafa, però... hi ha un silenci... uf! sembla un monestir!

Avui han portat la nevera, una indesit super fashion de color gris que et mira amb un posat entre amenaçador i defensiu cada cop que entres a l'office.