24 marzo 2010

Ruta a pie desde Isaba (Navarra)

Isaba (Izaba en euskera) es una localidad del Valle del Roncal, en Navarra. Situada a unos 800 metros de altitud y lindante con la frontera oscense, a Dani y a mí nos proporcionó el otoño pasado una tarde de montaña, niebla, lluvia y calma propias de la época del año.

Este viaje que en principio fue por el Valle de Irati, pasó luego al del Roncal, y allá a bote pronto vimos un mapa poco después de salir del pueblo dirección Urzainqui y el mismo Roncal, que están apenas a seis kilómetros en bajada por el valle, siguiendo la carretera el camino del río Esca, como mandan los cánones. En aquel mapa, situado justo enfrente de un taller mecánico que queda a la izquierda, y en una senda que se intuye a la derecha, se marca una ruta de montaña con un GR que une Isaba con Otsagabia. Y dijimos, pues dale, hasta donde mande el 'seny'.


Apréciese en el mapa el desnivel que se sube de golpe, desde el punto uno al dos, que es lo que hicimos aproximadamente.

La ruta pasa primero por una iglesia después de una pendiente moderada y un suelo empedrado a lo calzada romana. Entre el agua y las hojas caídas, algo resbaladizo todo. Al pasar la ermita, saltando la valla y por el medio de una pequeña huerta y/o vivienda, es decir desoyendo algunas leyes del decoro social -entiéndase que no había alternativa-, se sigue la ruta marcada sin problemas, ya por una fuerte pendiente, bastante exigente.

Huelga decir que Dani 'mister competi' y yo -tal para cual- hicimos aquello al trote. La primera parte fue soportable, con Dani marcando un ritmo infernal e impensable para mi humilde corazón, pero a partir de la ermita se me empañaron las gafas -un clásico-, y de paso el resto del cuerpo, así es que manteniendo un ritmo andarín correcto ya me daba por satisfecho.



Pasamos un primer tramo de durísima pendiente siguiendo las marcas a duras penas pintadas en los troncos de los árboles, y luego aquel terreno se abrió para dejar paso a unos troncos y copas peladas, con todo el suelo cubierto de hojas, sin senda alguna salvo la intuición de las marcas a la vista. Hundíamos los pies en barro escondido bajo el manto rojizo, pero intuido en bajadas de agua de la montaña.

En un momento, entre unos matojos previos a aquel bosque aparentemente muerto, un rebaño de vacas nos cerró el paso. Después del estudio de las reses a nuestra presencia, y el nuestro a la de ellas, y vista su inmovilidad y/o pasotismo, decidimos darle al grito y liberar el paso cerrado. Muy graciosas ellas al salir despavoridas al galope durante unos metros, y al sentirse seguras parar, respirar, girar la cabeza lentamente hacia nosotros, ver que estaban fuera de peligro y... de nuevo a rumiar.

Aquella subida fue suavizando y entonces llegamos al punto final, el punto dos en el mapa, o tal vez antes. Haríamos unos tres kilómetros, más los de vuelta. El retorno fue interesante, y como prueba el video 'fliping boy' pseudo 'rocky' que grabó Dani para cachondeo general. Llegamos a Isaba de noche, después de perdernos por un momento, pero después de recuperar la ruta inicial para, previa invasión de la propiedad de nuevo en la parte de la ermita, llegar a la ducha, si es que no habíamos tenido bastante agua.


Se intuye en el video, que realmente lo pasamos en grande.

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