14 marzo 2010

La evolución


Hace un par de años tuvo que pararse antes de bajar aquella pista. Resbaló y cayó, y entonces todo se hizo negro. Desde entonces, ha ido a su ritmo, con altibajos, un día bien y otro no, dependiendo todo de las sensaciones de la primera bajada del día.

El sábado, de nuevo en aquella pista, antes de la pala grande que enfila hacia abajo en fuerte pendiente, empecé a frenar y ella gritó a mi lado "¡no pares!", y entonces la vi al lado y me dije, pues nada, seguimos, y entonces inconscientemente hice un recto. Un recto rápido y sin curveo, y me planté abajo habiendo cogido mucha velocidad, aprovechando que en aquel momento nadie esquiaba por allí. Al segundo de detenerme, ella derrapó a mi lado, sonriendo. La pista ya era suya.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aquell dia estava positiva i això per a mi és molt important. Però sí aquella pista ja no em fa por.
Pepa