02 abril 2011

McGyver

Llevo toda la semana desconectado porque estoy de mudanza haciendo de McGyver y flipando con la taladradora/atornilladora y todas sus funciones, además he tenido que hacer de fontanero e instalador de lavadora y lavavajillas a las tomas de agua con unos acoples que he tenido que comprar en la ferretería, un lugar que hasta hace una semana era para mí como si apareciera en una biblioteca Belén Esteban o, ya puestos, el Rafa Mora televisivo. Hola buenos días, quisiera un empalme en i griega (o ye, según la RAE) para dos tomas de agua independientes. Mientras tanto, he tenido momentos psicóticos, taladradora/atornilladora en mano, en los que, después de ajustar todos los tornillos y bisagras de los armarios de la cocina que andaban sueltos, he salido al pasillo pensando en qué más podría atornillar, mirando desde debajo del dintel de la puerta a izquierda y derecha con la taladradora/atornilladora cerca del pecho como si llevara un fusil de asalto y quisiera acabar con todo tornillo viviente.

También he hecho de transportista, metiendo en el Seat Ibiza muebles de longitudes impensables y haciendo mil cabriolas para que entrara todo sin perjuicio de tapicería, techo ni seguridad del piloto, y además he hecho de tripas corazón y he tirado miles de trastos a la basura, incluyendo el rodillo que utilizaba de niño para entrenar (snif), y todo sin remordimientos. Me quedan, aun así, algunas funciones extra: como electricista y lamparero, además de persianero, marido impecable, cocinero y limpiador, además de decorador interiorista y analista de sistemas informáticos para poder tener una buena instalación de internet, teléfono y televisión.
Pero de entre todo, decir que el piso es una pasada, y las vistas son brutales. El otro día estuvimos viendo a unas cabras que bajaban por la montaña haciendo honor a su nombre por una pendiente ¿del 40%? Una animalada cómo bajan como si nada entre piedras y el precipicio... Nos despertamos todas las mañanas con el sonido del relinchar de unos caballos y el tintineo de los cencerros de las vacas de un pasto que hay un poco más abajo. Además, tengo de vecinos... justo abajo un Husky siberiano pasota de ojos grises que se pasea por el jardín y me mira moviendo la cola supongo que esperando que caiga algo, abajo a la izquierda un gato que me observa preguntándose quién es ese nuevo mientras su amo riega las plantas, y en mi misma altura pero en el balcón de la izquierda un Bulldog francés blanco de orejas tiesas que me mira cuando meriendo mi bocata de chorizo y mi Trina de limón sentado al sol en mi balcón, supongo que por lo mismo que el Husky, siempre pensando en llenar el buche.

Con todo esto, no he tenido tiempo para el blog, y es más, me voy pitando ahora mismo, no haya más tornillos que apretar, bisagras que ajustar, lámparas que colgar o enchufes que arreglar. Tal vez cuando acabe pueda disfrutar de las vistas más tranquilamente.

3 comentarios:

petry dijo...

alguna vez tenias que estrenar ese aparato infernal.

Juanje dijo...

1. ¿Y?
2. Bisagras.

Rafa dijo...

1. ¡Corregidas las bisagras!
2. Imbécil.