16 diciembre 2010

Biutiful depredador

Ahí voy. Con un par: "Biutiful" no me ha gustado. En realidad, es una buena película, bien hecha y sobre todo con unos planazos tremendos, especialmente de amaneceres, atardeceres, chimeneas humeantes y hormigas. Bestial, en verdad. Y ni qué decir de Bardem. Un superactor, un genio, una luz en el camino, un tesoro de la interpretación. Pero es que... no.

Ni siquiera me ha emocionado, pese a que la Pepa estaba a mi lado moqueando todo el rato. Tal vez no me ha llegado porque fui sugestionado por tanta sensibilidad que decían que aportaba. No me ha sorprendido, es la palabra. La única cosa que destacaría de la peli es que, así como estamos acostumbrados a ver ese tipo de mundo subterráneo en Estados Unidos, países de Sudamérica, África o Asia, pues está muy bien que nos metan de cabeza en las miserias de Barcelona, aquí al ladito, como podría ser Madrid, Valladolid, Palencia -no, no hablo de Marta Domínguez-, Sevilla, Cartagena o Valencia, en plena Europa españolona.

La historia, en todo caso, pese a ser correcta, es un totum revolutum que no me acaba de impactar. Hay demasiadas historias, algunas entrelazadas pero otras cogidas con pinzas. Los guionistas siempre buscan la excepcionalidad de cada frase, de cada escena, pero sin embargo en este caso en mi opinión se les va de las manos, y de excepcionalidades hay demasiadas. Chinos, niños muertos, conversacions del más allá, bipolaridades, separaciones, maltratos, hambre, inmigración, drogas, prostitución, corrupción, enfermedades... Dice la Pepa que precisamente ahí está el quid de la cuestión, que lo que quiere reflejar es el caos absoluto que se vive, pero aún así, a mí no me ha llegado.

El problema es que, como he aterrizado en casa pasadas las doce de la noche, sin cenar y después de que el coche nos dejara tirados en medio de una ventisca pirenaica inenarrable, pues estaba de mal cuerpo. Entonces he puesto la tele pensando en Buenafuente, especialmente en un Berto absolutamente insuperable, y como ya había acabado y estaba el Wyoming que me aburre, he zapeado mientras me tomaba mi tazonazo de cereales, hasta que he encontrado "Depredador" en Cuatro a medio empezar. Triste o no, he pensado que esa película no la había visto -es del 87, ojo-, así es que una buena sarta de mentiras, bíceps y metralletas irreales, a la par que un monstruo de mal efecto, me han permitido irme a la cama desconectado del perro mundo. Aunque sea para limpiar conciencias.

1 comentario:

Mary dijo...

Nada de acuerdo, a mí "Biutiful" me parece un peliculón y no veo nada cogido con pinzas. Es la realidad, toda junta. ¿Por qué no le puede pasar todo eso a una persona? Por supuesto que sí. Lo de oir a los muertos y tal, psé, no tiene importancia, el tema de la película no es ese. Tú sí que estás "Depredador"...jajajaja.