Ya estamos de vuelta. He estrujado los días festivos como nunca, y no he tenido sobrecarga, pese al gran esfuerzo, lo cual quiero pensar que es gracias al rodillo de días anteriores. Ayer, sin embargo, si bien a las 21.50 entrábamos por la puerta de casa, antes de las 22.30 ya estaba durmiendo. Me he levantado casi doce horas después, con lo cual ya estoy recuperado.
La semana se ha cerrado con 360 kilómetros, 515 si sumamos los del sábado y domingo anterior.
Sábado 27: Salida desde
Encamp a
Alàs y volver. Un clásico de
60 km.
Domingo 28: Salida desde
Santa Coloma (Andorra) hasta
Organyà,
95 km de ritmo majo y cadencia, sin malgastar sabiendo lo que había por delante a partir del lunes.
Lunes 1: Salida con
Luis al
Oronet,
70 km. Pique en la subida, donde me costó soltarlo de rueda. Ya notaba el acumulado del fin de semana. Una tarde, como siempre, de placer con el
Lucchino. De las miles de veces que hemos subido él y yo ese puerto, y nunca nos habíamos retratado allí. Aunque sea con 15 años de retraso, ahí queda la estampa.
Martes 2: Descanso, en gran parte porque llovió todo el día.
Miércoles 3: Estaba previsto salir con
Luis y
Alberto por
Oliva, pero al final no se pudo porque amaneció lloviendo. Al mediodía salió el sol, y entonces salí yo solo de
Benigànim hacia
Alfarrasí, luego
Aielo de Malferit, y aquí iniciar el ascenso a la primera subida que lleva al pie del
Portitxol por detrás, para coronarlo después y hacer el descenso -mi bajada preferida, pero con viento y algún bandazo peligroso, con lo que no hubo disfrute sino control y tensión-, llegar a
Ontinyent y volver por la general, con viento de culo y plato grande, disfrutando, a
Benigànim. Creo que
70 km.
Cerca del cruce con el Portitxol, al salir de Aielo de Malferit, con la carretera que serpentea por abajo.
Justo antes de iniciar la subida desde Aielo, con el sol alumbrando y calentando.
El descenso del Portitxol, con Ontinyent al fondo. Es tan fantástico bajarlo que es el único puerto en el que me he cronometrado bajando.Jueves 3: Salida con
Paco y
Jonatan, al cual conocí en ese momento, con la mountain bike. Por el río de
Valencia, por una pista nueva que han hecho que conecta el nuevo cauce con el viejo, atraviesa la autopista por una pasarela de madera, y nos lleva, más o menos bien indicado, a
Riba-roja del Túria. Una salida que sin duda hará que aumente la afición por la bicicleta en
Valencia, con excursiones familiares dada su belleza, su tranquilidad y su facilidad en todo momento. Lo más destacado, el gran caudal de agua que llevaba el
Túria. El hilillo habitual cerca de la ciudad era ese día un Amazonas al límite del desborde. Una belleza ver aquello tan cerca de la urbe, en la misma
acequia de Mestalla y todo su entorno. Fantástica salida, con merendola en un horno de
Riba-roja. Llegamos de noche y nos cruzamos con los
triatletas de la Univeritat de València al trote... ¡menudo ritmazo llevaban mis ex-compis! Al final,
55 km.
De izquierda a derecha, Paco, Rafa y Jonatan, en uno de los puentes que cruzan el Túria.
Jonatan hace una foto mientras Paco observa, en uno de los puentes, con el agua abajo revolucionada.
Uno de los puentes de madera que sobrevuelan el Túria.Viernes 5: Salida a
Olocau con
Gonzalo. Salida de reencuentro con otra de las personas que se ha reenganchado al ciclismo. Día gris pero con la lluvia aguantando. Empezó a llover justo al salir de la ducha. Cuestión de suerte.
65 km.
Sábado 6: Las posibilidades de éxito de la convocatoria de este sábado se fueron reduciendo conforme iba avanzando la semana, pero los del tiempo se equivocaron. La incesante lluvia del viernes y las previsiones más que adversas anularon las esperanzas, y al final de los más de diez previstos, acudimos a la cita cuatro, los cuatro conscientes del riesgo de volver a casa hechos una sopa.
Paco,
Gonzalo,
Luis Cortés y yo jugamos nuestras cartas y ganamos. Salió hasta el sol. Fuimos al
Pico del Águila como estaba previsto, con una ascensión bonita como siempre pero con viento en contra que la dificultó. Almorzamos de bar en
Gátova y volvimos a casa más contentos que unas castañuelas.
100 km.
Paco, coronando el Pico del Águila, llamado oficialmente puerto de Chirivilla.Domingo 7: Se anuló todo porque llovió. Esta vez la apuesta no me salió bien. Tenía la opción del paseo por
Portaceli a pie con mis amigos de
Valencia, pero me levanté a las 6.30 para irme a
Ontinyent y hacer mountain bike con los de allí. En el punto de encuentro, a las 8.30, estaba yo sólo y cuatro de otro grupo que sí salieron. Estaba tan cansado que sólo pensé, directamente, en el almuerzo.
Jordi,
Manu y
Rafa me acompañaron. De ahí, vuelta a
Andorra.
Lunes 8: Para entender el por qué del abuso de bici durante la semana de vacaciones, dejo en el siguiente video una especie de explicación. El vídeo está hecho nada más levantar la persiana de casa, hoy, día de vuelta al trabajo.