10 abril 2011

Sin ella...

Ella sabe muy bien que a mí una de las cosas que más me gusta en el mundo es que comparta conmigo horas de sol y deporte. Al ritmo que sea, me hace feliz tenerla a mi lado y ver cómo me sorprende y cómo se sorprende ella misma de lo que hace.

Aquí la tenemos en uno de esos momentos en que se pone a trotar y mantiene el ritmo hasta que el alto nivel de polvo en el aire por este calor de los últimos días la obliga a parar y andar. Andar o correr, da lo mismo si se hace en un ambiente de salud absoluto como este en el que nos levantamos, miramos el cielo y decidimos salir juntos a estar con la naturaleza, que en Andorra es mucha e inalcanzable en gran mayoría.

Como voy a estar unos días desconectado, dejo el cartel de vuelvo enseguida con esta bonita imagen después de una jornada de 10km de senda montañera siempre a una altura media de 1.600 metros. Oxigenando para cuando lleguemos dentro de unas semanas a la planície valenciana a darlo todo.

¡Salud y kilómetros para todos!

09 abril 2011

Locuras de ¿primavera?

Vale más una imagen que mil palabras. Aquí están los 46ºC de temperatura que me marcó en la última salida a Vilamitjana y Castellbó. 85km en los que la mínima del temperaturil fue de 31ºC.

Pero eso no lo supe hasta que llegué a casa, pese a intuir durante la sesión que aquel calor era ciertamente intenso. Antes, rodaba tranquilo de vuelta hacia Andorra cuando sucedió lo que muchas veces ocurre sin querer. Tú vas a tu ritmo, pensando en ir relajando porque ya te has dado tu tute, y de repente te adelanta alguien, en este caso dos mendas con manillar de triatleta incluído. En ese momento te asalta la duda: ¿los dejas ir o intentas seguirlos?

Y claro, la primera opción siempre lucha por ganar, y si al luchar uno se da cuenta de que, efectivamente, los puede seguir, pues entonces ya está el lío montado.

Pasé de ir a 28km/h bien tranquilo, a meterme en un berenjenal a 35 por hora y picos de 45. Casi nada con los triatletas. En varios momentos me sacaron de punto, y sólo pude dar un relevo, aunque largo porque tardaron en pasarme tanto como vi que se me acababa la chicha.
Al final, el resultado fue darme una paliza y varias consecuencias asociadas al fuerte calor: toda la tarde reponiendo líquidos (y meando), las rayas de Agroman en brazos y piernas y los siguientes días a base de crema hidratante.

08 abril 2011

Necesito de ellos

No hay nada que me guste más que salir con mis amigos en bici. Es que me parece una fantástica unión de sentimientos aletargados por las distancias del día a día entre nosotros, con nuestro pasado más activo de la postadolescencia. Todo confluye en una amistad que la bici permite mantener. ¿Es o no es bonito?

Pueden pasar meses sin ver a alguno de estos amigos, pero sin embargo, cuando nos volvemos a ver allá que allá, nos saludamos como si ayer mismo hubiéramos estado charlando, y hasta nos insultamos con una confianza memorial. Eso es lo que me encanta, esa naturalidad.


Luego llega el momento de darle al pedal, y ahí todos somos los mismos de siempre. Está el lanzado, el que se queda subiendo y baja como un diablo, el que se queda subiendo y también bajando, el que abre poco la boca pero cuando la abre es para soltar una bien gorda, el que sabe por dónde va y economiza esfuerzos, el que aconseja bajadas o giros inesperados, el que no lleva la bici a punto, el que mide casi dos metros y va con la bici de su novia porque lo único que quiere es juntarse otra vez con los colegas, y el que va siempre dando un punto de ritmo que mata a más de uno. Ley de vida, ley de salida montañera (y hasta carretera).

Y luego está el premio del entreacto, que es el de la salida en sí, donde te encuentras con lugares mágicos que conoces y que siempre están ahí impertérritos esperando tu paso y tu saludo, y paras y tienes un momento para esa carrasca inmensa o ese pino centenario, y luego ves a los lados las piedras viejas de una casa semiderruída que un día vivió en esplendor.

Untitled from manu on Vimeo.



Después del cansancio, más o menos intenso, lo que no puede faltar es el almuerzo como dios manda. Ingredientes: bareto, bocata, coca-colas, cacahuetes, ensaladas, agua y porrón. Para cerrar la mañana, un herbero en toda regla. Otra cosa es que uno se pida un herbero suponiendo un chupito sin maldad, y se encuentre de golpe con un vaso de tubo lleno hasta los bordes, por mucho hielo que lleve.

06 abril 2011

Después de 170km y cuatro puertos

Esta es la expresión que se le pone a uno cuando llega a casa después de hacer 170km y subir cuatro puertos de montaña sin que sirva de nada que durante toda la jornada te hayas ventilado diversas barritas energéticas, algunas galletas, un plátano y un señor menú de 10 euros (sopa, churrasco, pastel, café y litro de Coca-Cola) en un bar a eso de las 14.00 de la tarde en un lugar en mitad de la Sierra de Espadán de Castellón.
La salida en cuestión fue la de los cuatro puertos. Llena de magia, la ruta con inicio y fin en Valencia capital nos lleva a la provincia de Castellón y a subir el Pico del Águila por la cara de Olocau, Marines Viejo y Gátova, luego el puerto de Almedíjar, más tarde el de Eslida, y por último el Oronet por detrás. Así, los pueblos por los que se pasa son los siguientes:

Valencia
Bétera
Olocau
Marines Viejo
Gátova
Altura
Segorbe
Geldo
Soneja
Almedíjar
Aín
Eslida
Chóvar
Azuébar
Soneja
Torres Torres
Serra
Náquera
Moncada
Valencia
Y aquí tenemos a Manu, el gran Manu Celda, fallero en plena semana de Fallas justo el día de antes de colgar la bici para dedicarse a las fiestas. En la ascensión de Almedíjar puso su ritmo y dio el resto. Ya veníamos del Pico del Águila, y justo después de coronar el segundo toro del día, nos esperaba la comida de menú en Eslida. Y aún quedaban dos puertos.


Y aquí estamos hincando el diente y dándole a la lengua, comentando lo hecho hasta ese momento y, sobre todo, lo que quedaba, que eran otros dos puertos, y uno nada más salir del bar.

Sobre estas líneas, un poco más alejado porque iba desbocado, aparece el pequeñín Jordi Barrei(ra), un monstruenco nadador, tiburón para los blogueros, que hizo la salida como si nada y encima por la tarde, dos horas después de llegar a casa, se fue a correr un rato, así como si nada, mientras Manu aparecía por su Casal para empezar su particular kilometrada alternativa, y yo me repantingaba en el sofá haciendo una buena digestión.

Pues nada, os dejo con la imagen de Manu al iniciar la subida a Almedíjar con el pueblo que lleva tal nombre al fondo. Ese puerto es el más bonito del mundo.

05 abril 2011

El Imperio Contraataca

Una noticia mala y una buena. La mala es que en Andorra ha cerrado uno de los cines más antiguos, los Cines Modern, después de que el año pasado cerraran otros también de los de toda la vida. Ahora solo quedan las multisalas del centro comercial.

Pepa y Rafa, justo antes de iniciarse la sesión.

La buena noticia es que, con motivo del cierre, programaron un fin de semana de auténtico escándalo, y encima gratis. Entre los títulos que ofrecieron, Lo que el viento se llevó, Los Goonies, Fantasia, El Padrino, Dirty Dancing, Rocky, Gilda, Toro Salvaje, Regreso al Futuro, El Mago de Oz, La Mujer de Rojo, Terminator, La Guerra de las Galaxias, El Imperio Contraataca, Doce del Patíbulo o Cantando bajo la lluvia. En fin, multiorgásmico.

Como era fin de semana de elecciones generales en Andorra, solo tuve tiempo para ver una película, y decidí ver El Imperio Contraataca, en pantalla gigante, como si fuera de estreno. Qué placer, qué gusto, qué maravilla. Ya al apagarse las luces, con el cine lleno de jóvenes y mayores, nostálgicos y neófitos, al aparecer el letrero de Lucasfilm en pantalla, hubo una ovación. Los pelos de punta.

A partir de ese momento, el espectáculo, la magia del cine de esta serie de Star Wars. Qué cosa, qué maravilla, qué gustazo poder vivir eso en una sala inmensa. Al final hasta le hice fotos a las letras de crédito, tan emocionado como estaba.

Si reestrenaran clásicos en las salas actuales, seguro que se llenaban las salas. ¡Pero seguro!

04 abril 2011

Contador dominador

La Volta a Catalunya llegó a Andorra hace unos días. En la estación de esquí de Pal, donde acababa la tercera etapa, se esperaba que ganara Alberto Contador. Dicho y hecho.

De repente, de la última curva antes de la meta salió esta piltrafilla formada por huesos, fibra y algo de músculos que lo gana todo porque es un auténtico fenómeno. Lo hizo enseñando el logotipo de su equipo, reivindicando a quien sí le apoya en estos momentos tan duros para él, sobre todo el día de antes de saber que la UCI iba a recurrir su absolución de sanción la supuesta ínfima ingesta de clembuterol.

Segundo y tercero llegaron el norteamericano Levi Leipheimer (derecha) y el italiano Michele Scarponi (izquierda), a 23 segundos del madrileño.

En esta imagen, delante el irlandés Daniel Martin, cuarto en la etapa, y el americano Chris Horner detrás, quinto, en pleno esprint final.

Y aquí, el trasero de otro crack mundial: Cadel Evans, noveno a 50 segundos de Contador.

Pero quien manda es solo uno, y este es Alberto Contador. Un estratosférico ciclista, le pese a quien le pese.

02 abril 2011

McGyver

Llevo toda la semana desconectado porque estoy de mudanza haciendo de McGyver y flipando con la taladradora/atornilladora y todas sus funciones, además he tenido que hacer de fontanero e instalador de lavadora y lavavajillas a las tomas de agua con unos acoples que he tenido que comprar en la ferretería, un lugar que hasta hace una semana era para mí como si apareciera en una biblioteca Belén Esteban o, ya puestos, el Rafa Mora televisivo. Hola buenos días, quisiera un empalme en i griega (o ye, según la RAE) para dos tomas de agua independientes. Mientras tanto, he tenido momentos psicóticos, taladradora/atornilladora en mano, en los que, después de ajustar todos los tornillos y bisagras de los armarios de la cocina que andaban sueltos, he salido al pasillo pensando en qué más podría atornillar, mirando desde debajo del dintel de la puerta a izquierda y derecha con la taladradora/atornilladora cerca del pecho como si llevara un fusil de asalto y quisiera acabar con todo tornillo viviente.

También he hecho de transportista, metiendo en el Seat Ibiza muebles de longitudes impensables y haciendo mil cabriolas para que entrara todo sin perjuicio de tapicería, techo ni seguridad del piloto, y además he hecho de tripas corazón y he tirado miles de trastos a la basura, incluyendo el rodillo que utilizaba de niño para entrenar (snif), y todo sin remordimientos. Me quedan, aun así, algunas funciones extra: como electricista y lamparero, además de persianero, marido impecable, cocinero y limpiador, además de decorador interiorista y analista de sistemas informáticos para poder tener una buena instalación de internet, teléfono y televisión.
Pero de entre todo, decir que el piso es una pasada, y las vistas son brutales. El otro día estuvimos viendo a unas cabras que bajaban por la montaña haciendo honor a su nombre por una pendiente ¿del 40%? Una animalada cómo bajan como si nada entre piedras y el precipicio... Nos despertamos todas las mañanas con el sonido del relinchar de unos caballos y el tintineo de los cencerros de las vacas de un pasto que hay un poco más abajo. Además, tengo de vecinos... justo abajo un Husky siberiano pasota de ojos grises que se pasea por el jardín y me mira moviendo la cola supongo que esperando que caiga algo, abajo a la izquierda un gato que me observa preguntándose quién es ese nuevo mientras su amo riega las plantas, y en mi misma altura pero en el balcón de la izquierda un Bulldog francés blanco de orejas tiesas que me mira cuando meriendo mi bocata de chorizo y mi Trina de limón sentado al sol en mi balcón, supongo que por lo mismo que el Husky, siempre pensando en llenar el buche.

Con todo esto, no he tenido tiempo para el blog, y es más, me voy pitando ahora mismo, no haya más tornillos que apretar, bisagras que ajustar, lámparas que colgar o enchufes que arreglar. Tal vez cuando acabe pueda disfrutar de las vistas más tranquilamente.