15 mayo 2009

Beldium triunfa en la Marató i Mitja


Sant Joan del Penyagolosa como objetivo.

El fin de semana pasado, José Vicente Belda, Beldium le llamo yo sin su permiso, un compañero de Superdeporte, cumplió uno de sus mayores retos. Llevaba tres años de intentos, y en este tercero lo logró. Ya corrió la maratón de Valencia en su momento, y ahora tenía que cerrar su deuda con la Marató i Mitja del Penyagolosa. 65 kilómetros desde Castellón hasta la ermita de Sant Joan del Penyagolosa, en Vistabella del Maestrat. Él me lo narró en una larga crónica que me dejó pegado al ordenador. Yo la edito aquí, resumida, detallada y espero que fresca. Un placer hacerme eco de los desafíos que mis conocidos se marcan y cumplen o no, pero al menos lo intentan. Le cedo la palabra a Beldium:

"Después del intento de 2004, en el que invertí 8 horas hasta el km 45 y del de 2008, en el que llegué al km 35 en 4h45 bajo una lluvia incesante, chafando barro, y vadeando arroyos y ramblas, 2009 era el año en el que la Marató-i-Mitja Castelló-Penyagolosa (en adelante, MiM) no se me iba a escapar.


El perfil matador

Junto a tres compañeros de fatigas salimos a las seis de la mañana desde Castalia. Nos esperaban 65 km, con 2.500 metros de desnivel positivo y 1.000 negativos. En la cantera y el campo de Golf de Borriol comienza a amanecer, y luego llegamos a la Bassa de les Oronetes (km 24) por un terreno en el que se puede correr bastante, aunque un mal apoyo me hace notar que algo no va bien en la rodilla izquierda. No es un pinchazo, pero es una sensación rara en los descensos, al apoyar, con lo que no puedo bajar a tumba abierta como me gusta. Vamos marcando buenos tiempos, aunque seguir un ritmo en una carrera de toboganes y por montaña es prácticamente imposible. De camino al tercer control, en mitad del recorrido (km 35), en Les Useres, no puedo disfrutar del descenso hacia la Rambla de la Viuda por culpa de la rodilla, aún así, voy abriendo el grupo, pero reteniendo más de la cuenta. La Rambla, al contrario que el año pasado, va completamente seca, y los cantos rodados hacen muy antipático atravesar su cauce. Alcanzamos Les Useres en 4horas, un tiempo impensable y que me hace pensar si no acabaremos pagándolo luego.

Nos detenemos, comemos, recuperamos, y en mi caso me cambio de calcetines y vuelvo a aplicarme generosamente vaselina en los dedos de los pies, como en la salida. En este caso, opté acertadamente por usarla, tras prescindir de ella en mi estreno maratoniano.


Beldium, el dorsal 132.

Reanudamos la marcha por el 'camí dels pelegrins', patrimonio cultural al que esta carrera hace también un digno homenaje. El incendio de hace tres años convierte el primer gran desnivel en una dificultad mayor si se le une el sol que a las diez de la mañana ya hacía acto de presencia. Aunque por fortuna, pronto unas nubes altas lo ocultaron para hacer más llevadera el resto de la carrera. Tras el ascenso, intentamos correr por un falso llano, pero me dan calambres los gemelos, así que andamos hasta que se me pasa, y en el descenso hacia Sant Miquel de les Torrecelles (km 45), cuarto control, soy yo el que marca el ritmo, bastante conservador, eso sí, mientras se me pasa por la cabeza si no tendré que abandonar. Pero no. Esta vez, no. Aunque sea como un peregrino, acabo la carrera. Andando, que no descalzo.


Xodos, espectacular en la montaña.

Llegada a Sant Miquel entre el gentío. ¡6 horas! ¡Tenemos 9 de margen! El ermitorio está lleno de gente, acompañantes, corredores, voluntarios. Quedan solo 20 kms, pero nos esperan la Lloma Bernat y el Marinet. Superado el escollo, suave descenso hacia las afueras de Xodos, siempre con el pueblo a la vista a lo lejos, al igual que la figura majestuosa del Penyagolosa, ahora ya a tiro de piedra. La Lloma Bernat nos ha dejado a todos tocados, y no apetece ni correr por las pistas. La subida a Xodos se atraganta a más de uno, pero yo solo pienso en llegar, despacio aunque sea. La Lloma Bernat, pese a su dureza, calmó mis gemelos gracias al ascenso continuado, y la rodilla parecía ir a mejor. Un pequeño alivio, dentro de la fatiga que llevábamos encima.

Ya no queda nada, menos de 10 kilómetros, eso sí, hay que subir al Pla de la Creu y luego a la Banyadera, hasta alcanzar el techo de la prueba, 1.500 metros de altitud. La primera subida la hacemos al ralentí. No alcanzas a ver más que 15 metros, y cuando llegas, hay más que subir, y más, y más... Quedan tres kilómetros, todos cuesta abajo y por senda, y hay posibilidad de bajar de las 10 horas. Vamos a la carrera, a ver cómo responden las piernas, e inexplicablemente, lo hacen bien, hasta la rodilla no se resiente. Vamos luchando contra el crono tratando de oir entre la espesura de la arboleda la megafonía de la meta o el gentío en Sant Joan de Penyagolosa. Empezamos a ver gente animando. Se huele, se siente, ahí está la meta. Un último giro a la izquierda, y 50 metros para entrar en un tiempo de 10h00:45, veintiún segundos menos en mi reloj (el 601 de una clasificación de 1201 valientes que acabaron y otros 150 valientes que abandonaron).


La meta, la sonrisa, el placer, el objetivo.

Y como en el primer maratón, un cúmulo de sensaciones indescriptibles, algunas de las cuáles ya aparecieron kilómetros atrás. Dedicatorias a mi padre, que estaría orgulloso de su hijo, como cualquier padre, qué narices, pero a quien me hubiera gustado abrazar en ese momento. A mi mujer, por dejarme disfrutar del día más largo en la montaña, y por despertarse en ella ese gusanillo por las carreras, de momento sobre asfalto. Y también a mi madre. Saboreamos el momento mientras nos quitan el chip y se deshacen en atenciones hacia nosotros, con un caldo caliente reparador que deja por los suelos a cualquier isotónica".



Sant Joan del Penyagolosa

14 mayo 2009

Pitada monumental



Jaleo. A mí el Borbón ni me va ni me viene. Simplemente creo que es un pintamonas que nos chupa el dinero (y no poco) y se dedica a hacer de diplomático permitiendo que muchos empresarios y sectores se beneficien de otros mercados más allá de la frontera española. Por lo demás, nos salvó de la continuidad de una dictadura y luego del intento de otra, y esto, todo sea dicho, no es moco de pavo. Gracias. Esto no lleva a que piense que, hoy en día, posiblemente es más un gasto que otra cosa, él y su familia. Démosle un piso de protección oficial, un sueldo de 2.000 euros (para que no se queje) y cerveza gratis, y aún nos sale bien la broma.

Pero mezclado con el fútbol... el Borbón tuvo que aguantar en la final de Copa lo que a mí me pareció muy gracioso. Es una opinión, o más bien una sensación. El caso es que me hace gracia que la prensa llamemos nacional se indigne porque las aficiones vasca y catalana pitaran el himno. ¿Y? ¿Qué esperaban? ¿Que lo corearan como si fuera el Bernabéu? Hay que saber en qué país vivimos, y vivimos en un país en el que hay unas cuantas nacionalidades, o sentimientos de nacionalidades, o lo que le queráis llamar, que no sienten el ser español, y que se ríen de toda la parafernalia que se vende desde Madrid, porque la ven pasada de rosca, fuera de lugar, y que además les daña su identidad.

El periodista llamemos nacional que escribe que es indignante eso, no tiene ni la menor idea de lo que siente un catalán al que desprecian en el resto de España, ni lo que piensa un vasco que no entiende nada de lo que pasa porque él no lleva la misma sangre que uno de Jaén.



TVE no puso el himno para que no se oyera la monumental pitada que no lo dejó ni oir, luego lo insertó en el descanso alegando "un error humano" al principio, y con la vieja y cutre técnica de cojo el audio por aquí, lo subo por allá, y lo mezclo con este plano, todo pareció diferente, aderezado con un plano corto, y muy duradero, de un aficionado vasco con la mano en el pecho en plan patriota. Uno. Patético, porque el resto de radios, la televisión catalana y la vasca, que también lo daban en directo, todos, tuvieron la oportunidad de escuchar una opinión, posiblemente no total pero también posiblemente digna de tener en cuenta, de que el himno, la rojigualda y compañía no son bien vistos. Se han zumbado al jefe de deportes de TVE por eso... bueno, tal vez el hombre quiso ahorrar el disgusto a la gente de Córdoba de ver cómo vascos y catalanes se cagan en la pompa española, aunque, un tanto hipócritas por no decir mucho, luchen y ganen la Copa del Rey, la de España, es decir la antigua del Generalísimo de la que, de nuevo vascos y catalanes, son los más laureados.



Como prefinal, diré que un amigo mío me envió el siguiente mensaje desde Mestalla: "Ni una bandera española, silbidos al himno y baile. Germanor nacionalista. Histórico. Barbaritats!". Esto lo vivió el Borbón, seguro, aunque no reflexionará, porque el tipo tiene la vida solucionada.

Y como final, unas declaraciones de Iñaki Anasagasti, del PNV: "El Athletic ha recibido en su tiempo la Copa del Rey Alfonso XIII; la Copa del presidente de la República en tiempo de la República; la Copa del Generalísimo, donde ahí no podía pitar nadie; y ahora la Copa del Rey, es decir ahora se puede pitar y la gente pita". Y al que no le guste, 'dues pedres'.

Empieza la recolecta



Quien siembra vientos, recoge tempestades, y si no que se lo pregunten a 'Ansar'; y quien siembra buen fútbol, recoge títulos. Empieza la recolecta. Ayer la Copa, este fin de semana puede que la Liga, y en quince días el asalto a la Champions. Pues eso. La primera, al zurrón.

Nadie negará que el Barça hace un juego merecedor de éxito, como nadie negará que la afición del Athletic ha sido grandísima. Destacaremos a toda ella, pero sobre todo el momento en que señalan al energúmeno que tiró el bote lleno a Alves y así queda identificado, detenido y fuera del campo.


Fotos: J.M. López/F. Calabuig (Superdeporte)

08 mayo 2009

Las fotos del Encamp-Sabadell

Aquí van algunas fotos del viaje en bici entre Encamp y Sabadell de una entrada anterior. Ya estoy de vuelta en Andorra y las he descargado. Incluyo dos videos.


Uno de los innumerables peñascos que sobresalen en la ascensión al Coll de la Trava, aún cerca de la Seu d'Urgell.


La Seu d'Urgell, allá abajo. Al fondo, Andorra nevado.


Foto de vacile y para enseñarle a mi maaaaaama que estoy bien sano, ni muy delgado ni muy gordo.


Video panorama de silencio, pajarillos y bosques.


Descenso tranquilo hacia Tuixén.


De postal el pueblo. Creo que es Fórnols del Cadí.


Sorpresas en el camino... ¡cómo dejaron el asfalto! La más alta de todas era más alta que yo y me miraba, ¡menudo bicho!


Esta es la mejor foto de todas. Un saliente de la montaña, la carretera que sube hasta allí allá abajo, el Cadí al fondo... ¡Buaf!


Por úlimo, el Pantà de la Llosa del Cavall, justo después de Sant Llorenç de Moruny.

07 mayo 2009

¡Grande Iniesta!



Lo que hoy he vivido hacía tiempo que no lo sentía. Estaba en un bar de Sabadell, entre culés renegando de las oportunidades perdidas, del sistema que no les gustaba, de que la pelotita no entraba. Y ha llegado el minuto 93, bendito sea, y ha llegado el blanquito muerto, bendito sea, y ha llegado Iniesta y la ha enchufado donde nadie creía que iba a poder entrar. Y ha entrado. Minuto 93, Stamford Bridge mudo. ¡¡Buof!!




Entonces ha habido una explosión sobrenatural, yo de repente sólo he visto brazos, los míos entre ellos, y mi garganta ha empezado a temblar una barbaridad. He gritado como en mi vida, madre mía, qué locura. Me he abrazado con catalinos que ni concocía, gente que se me tiraba encima, un hombre temblando... Una locura de verdad. ¿Roma? Buf. Ahora da igual, esta explosión de júbilo me la guardo para siempre. Además, he recibido al instante un mensaje de mi hermana María desde Alemania. Decía: "¡¡¡Toma, toma, toma, toma, tomaaaaaaaaaaa!!!" Jajajaja, Marieta, qué alegría más grande.

Y Guardiola, ¿qué? Pues que este tío siente los colores y ama el futbol. Y hasta la Pepa lo ama, y no me extraña, porque además de guapo, atractivo, elegante y todo lo demás, gestiona un vestuario de superestrellas como nadie.



Por cierto, hablando de Alemania, menuda foto más buena esta de Ballack todo loco a por el árbitro más malo de Europa. Nadie negará que el noruego del pito no está acojonado, ¿eh? Miradle el culete prieto. Jejejeje.

05 mayo 2009

Andorra-Sabadell

Bueno, estoy en casa del Monris en Sabadell. Llegué ayer desde Andorra después de 212 km de bici en ocho horas y media. Brutal la sierra del Cadí, hice fotos pero ya las pasaré porque aquí no tengo para descargarlas. Pueblos enanos, semiabandonados, vacas por todas partes (en un descenso tuve que parar porque iban subiendo decenas de ellas, con los pastores, ocupando toda la calzada... ¡y cómo dejaron el asfalto de cagao!), y ni un coche... hasta Manresa.

Desde Manresa hasta Terrassa y luego hasta Sabadell fue una locura de unos 40 km, con arcén de un palmo y encima la raya blanca con las bandas sonoras esas que no sabía si ir por dentro haciendo equilibrios en el poco espacio que había o por fuera jugándomela, mucho tráfico, los coches muy rápidos y yo muy lento por la torrada y lo rompepiernas del terreno.

Lo de la opción de rutas en bici de viamichelin.es está bien pero tiene truco: como evita túneles, al llegar a Sant Llorenç de Moruny me indicaba por un puerto (Coll de Jou, pero me dijeron que era muy duro), y tienes la opción de coger una variante de rompepiernas (pero no un puerto) por túneles de 50 metros o 100 que agujerean la montaña, con un pantano allá abajo y muy bonito (Pantà de la Llosa del Cavall). Si llego a subir ese puerto os digo que no llego a Sabadell. Como llevaba luz, me fui por la variante. Y menos mal.

Hasta ese momento llevaba unos 110, la primera hora hice 30 km, y en la segunda 15. La primera hora fue en bajada desde casa en Encamp al pie del primer puerto en la Seu (Coll de la Trava), con 17 km de subida no muy dura, con dos o tres descansos de unos 50 metros cada uno, y luego unos 10 de bajada con un par de subidas que te pillaban en frío. Luego de nuevo una subida de unos 9 km, esta sí más dura, desde Tuixén, y nada, coronar y descenso bestia para llegar luego a Sant Llorenç de Moruny.

Desde este punto hasta Manresa carretera muy buena y ya nacional, sin mucho tráfico y donde me amenazó lluvía seriamente. Aquí empecé a notar que los repechos me estaban matando. Llegué a Manresa y paré a comer algo (había parado también en Sant Llorenç) y luego seguí, y ¡menuda agonía! Lo pasé fatal en los últimos 40-50 km, me paré cuatro veces, para comer, otra para pensar de la desesperación que tenía, otra para mear, otra para ponerme ropa... me estaba quedando helado ¡y estábamos a 25 grados! Tuve miedo de la pájara, pero no llegó, y al final aparecí en Sabadell vivo. Estuve a punto de llamar al Monris para que viniera a por mí, pero tenía que llegar por mí mismo fuera como fuera.

En lo que sí me rendiré es en volver en bici. Ni de coña. Y menos con la mochila, que pese a que cargué lo mínimo lo mínimo, parecía al final que pesara dos toneladas y hoy tengo la espalda hecha polvo. Imaginaos los últimos 50 km, con 150 en las patas, dolor de piernas y de espalda, con el mochilón, y subiendo los puertos del Cadí que bajé. Imposible hacer eso.

Creo, por lo demás, que para la Quebrantahuesos estoy bien. Sólo quiero acabarla sin estar hecho polvo como el año pasado, la verdad, y para eso sí estoy. Con evitar el sufrimiento del año pasado, me vale. Lo que me preocupa es que, si bien los primeros 100 km me siento sobradísimo como nunca, a partir del km 120-130 no sé gestionarme bien o algo me pasa, que me cuesta mucho y el bajón es muy fuerte... demasiado fuerte.

Bueno, pues esto es. Decidme nena, pero me dejaré la bici aquí y subiré a Andorra como un rey... en bus.

02 mayo 2009

Trabajo correa al cuello

En Andorra no hay el sindicalismo que todos los aquí lectores conocemos. Los trabajadores tienen los derechos que tienen, y pese a que a algún lector de este blog le moleste todo esto del trabajador que lucha por unas mejores condiciones laborales y se indigne cada vez que alguno de ellos levante la voz por protestar, yo hoy me hago eco para molestarle un poco más, al don, al burgués, y decirle que si no hablamos, no nos escuchan, y si no nos escuchan, hacen lo que quieren, y si hacen lo que quieren, estamos vendidos, y que vendidos estamos muertos. Y si el señor don quiere seguir su línea, que la siga, pero que sepa que la sangre hierve cuando hierve, y si hierve es por algo, y no andamos pidiendo el oro y el moro, sino lo justo y deseable.

Pese a todo lo que pidamos, en Andorra la huelga no existe, el movimiento sindical es ínfimo, y algunos se dedican a protestar más solos que la una en el día de los trabajadores, así es que para tener compañía, buscan a su amigo más fiel, que no es su empresario, aunque también le vaya recogiendo las mierdas y haciendo que su vida sea más feliz. Como veis, sin embargo, el trabajador también tiene cierto poder sobre el empresario, porque mediante una correa o otra ligazón, el otro sin el uno no es nada.