22 agosto 2009

El gen de la resurrección



Esta bola de pelo llamada Buster es un veterano de guerra, porque va a cumplir 14 años, si no me equivoco, que haciendo la cuenta en perruno son 98 años humanos, y así está de chaval que un día nos dice adiós sin avisar. El otro día tuvo un sustito, bien temprano, cuando un pequeño ataquito lo dejó extendido en el suelo e inmovilizado, pero por aquel gen de resurrección que lleva en las venas, el muy perro se recuperó a las pocas horas, cuando su amo lo llevaba al veterinario de urgencia y, al mirar por el retrovisor de soslayo, lo vio levantado en el asiento de detrás del coche mirando por la ventanilla como si tal cosa. Es la segunda vez que resucita, y aunque la primera fue más tardía con inyección, tensión y suspense incluidos, no por eso esta tiene menos valor.

Después de este segundo achaque, el pobre se ha quedado sordo. No del todo, porque debe de oír ecos lejanos que a veces le hacen reaccionar, pero sólo se guía por el olfato y la intuición, porque la vista, siguiendo la tradición de su raza y, por qué no decirlo, de la familia Mora Sesma, no es la mejor (por ser fino) desde hace ya unos años (décadas para él).

Con sus 14 añitos, 98 os recuerdo, lo mejor que puede hacer es coger aire y respirar, descansar y dormitar, dejar que lo acaricien y lo mimen, y sobre todo, esperar a su Mensin que en pocos días lo podrá abrazar y besuquear, nadie sabe hasta cuando.

2 comentarios:

El Tito de S. dijo...

Jajajajaja. Me imagino a Rafa cuando le vio por el espejo retrovisor. Vaya broma que os ha gastado Buster. Sin duda, está esperando a que llegue la Mensín, se dio cuenta que no se había despedido de ella. Este Buster es muy grande.

PETRY dijo...

Hoy es su cumpleaños y aunque ya no es el mísmo esta aquí a mi lado despues de haber ido a "pasear" . Se cansa, pero...
Hemos pasado los dos el dia sudando pero uno pegado a la otra.