28 noviembre 2011

El banquero colega

Voy al banco, espero en el puesto de atención personal y el menda que me da la mano y me hace sentarme muy educadamente pone su mejor sonrisa. Estoy tranquilo pero sé que me voy a ir calentando, así es que me insisto en lo de la calma, no vaya a ser que le mente a la madre del cordero.

Le expongo mi problema, algo normal en estos tiempos, que es que te cobren por algo que no entiendes, como por ejemplo el simple mantenimiento de una cuenta. Son gastos que uno puede asumir en el día a día de, por ejemplo, un ascensor, una bici, un vehículo a motor, algo mecánico, en suma, que merece una atención periódica por aquello de que las piezas se van estropeando. Pero una cuenta en un banco, válgame la poca vergüenza del que te dice que detrás hay un trabajo de mantenimiento. ¿Qué significa esto?

Tal vez será, quiero pensar, que hay un equipo de esforzados oficinistas al quite, dándole al clic en el icono de tu cuenta porque, por aquello de los piratas informáticos, debe de haber quien (digo yo) se dedica a entorpecer el normal funcionamiento de tu cuenta, y cuando no es la junta de la culata es la trócola, y quien sabe si el cigüeñal. Así es que ahí están los de mantenimiento, aunque tú no los veas, dándolo todo por tu cuenta. Y reza, claro, para que no se estropee la correa de transmisión o la caja de cambios, porque entonces prepara la mosca, compañero.

Pero de todo esto, de lo que un ciudadano normal no saca nada en claro ante el discurso predeterminado del encorbatado y engominado de sonrisa resultona, lo que peor llevo es lo del colegueo. Es decir, que si a una persona que cree que el banco es un ladrón, que el trajeado que te parla es un acólito a sueldo, éste le viene con el tratamiento de tío, nano y compañía, la cosa coge tintes paranormales. Lo peor, sin duda, ha sido cuando al dejarle caer mi malestar con educación mientras me levantaba de la silla, el tipo de la sonrisa, eterna y brillante, me diera la mano en plan colega de la muerte y me dijera, "venga, tete, ya nos vemos", como si luego fuéramos a quedar, después del curro, tío, a pillar unas olas guapas con las tablas y después a tomarnos unas cañas contándonos batallitas de nuestras vidas. Tronco.

Menudo campeón, el pavo.

2 comentarios:

Juanje dijo...

Lo que te ha querido decir realmente con "venga, tete, ya nos vemos" es, "venga, chaval, deja de darme por el tal que tengo mucha faena intentando pensar cómo os timamos a ti y a todos los pardillos que tenéis vuestros ahorrillos en los bancos. ¡Ah! Y vete a currar como un c****n para traerme más pecunio. ¡Arreando!". Por cierto, mucho 'voy al banco', pero a ver cuándo vienes a vernos. Anómalo.

Maribel dijo...

Cuando nos tocó la lotería en Super fuimos al banco para ingresar el décimo y el director nos dijo que si queríamos invertir tenía propuestas muy interesantes. Al decirle que íbamos a comprarnos un coche y probablemente hasta nos iba a faltar dinero nos respondió que si necesitabamos financiación también podía ofrecérnosla.
Pensé que no salíamos nunca del banco, tenía propuestas para todo... Son una secta, te quieren captar sea como sea.
Por cierto, acabo de ver el otro comentario de la noticia y es de Juanje!! jajajaj. Es verdad, anómalo, a ver si vienes a vernos.
Besitossss!!!!