06 febrero 2011

El acomodador antiorgásmico

En mi último volteo por la Casa del Libro de Valencia, vi la portada de "La llave de Sarah". Me llamó la atención por el simple hecho de contar una historia particular de un momento histórico que me fascina, como el nazismo y la Segunda Guerra Mundial.

En aquel momento no compré el libro porque llevaba en mis brazos el recopilatorio "Las Grandes Batallas de la Historia" y "Archipiélago Gulag" de Alexander Solzhenitsyn, además que en aquellos días me estaba leyendo "Stalingrado", de Antony Beevor, y tenía pendiente (y ahí sigue) "Vida y destino", de Vasily Grossman. Ahora lo tengo claro: el próximo libro que compraré será el de Tatiana de Rosnay.

He visto la película y me ha encantado, por su historia, los actores, lo bien contada que está... fantástica. Con un toque a la de "El Niño con el Pijama de Rayas", pero con muchísimo más cuerpo que aquella cinta de efectos puntuales para el espectador. Sarah aquí nos atrapa de principio a fin.
Lástima que, cuando la peli estaba acabando, en un momento de gran sensibilidad narrativa y cinematográfica, apareciera por la puerta el acomodador -esta figura casi ya ni existe, pero tendré que ponerle un nombre al menda- con el correspondiente haz de luz en la sala oscura, y que cuando estábamos los cuatro gatos que sin embargo llenábamos la sala con nuestras almas en plena acción de gozo, yéndose la imagen a negro con la música llenándonos por dentro y asomando por debajo las letras de crédito, en ese momento mágico que tiene el cine bueno que te deja pensando, se encendieran para colmo las luces amarillas y cutres del recinto, y entonces el tipo, plantado en la puerta invitándonos a salir, rompiera él y su esencia aquel éxtasis cinematográfico, mientras algunas personas, cargando los abrigos, aún estaban sonándose la nariz intentando mitigar los efectos de las lágrimas. Diéronme ganas de mandar al chaquetas a la mierda. Fue como si, a punto del orgasmo, te aparece alguien allá donde estés, y se va todo al garete. Me cago en la leche. Siempre nos quedará el libro, aunque sea como la segunda oportunidad para acabar llorando de placer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo també tinc ganes de llegir-lo. Una peli recomanable.Et fa pensar que tots tenim una història i que d'alguna forma venim d'ella i això ens ha de fer reflexionar.
I això de "l'acomodador" realment va molestar. Cal deixar uns minuts per pensar, i perquè a molts ens agrada llegir el nom dels autors que han fet possible un bon film.

Pepa