07 noviembre 2010

La pobre Iglesia, de visita

A riesgo de no poder controlar mi rabia y mi odio hacia esa empresa, solo apuntaré frases* del impresentable amigo de los pobres que vive entre mármoles y que ha pisado terreno conocido estos días, a precio de coste:

"En España ha nacido una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años treinta. Y ese enfrentamiento, disputa, entre fe y modernidad ocurre también hoy de manera muy vivaz". De momento no se queman iglesias ni curas, que se sepa, y no creo que eso ocurra ni siquiera en el futuro, siendo como somos unos memos a su servicio que le rendimos pleitesía, aún cuando nos toma el pelo con su charanga de buenas maneras tan habitual en la gente de hábito y secuaces.

Es "necesario que no haya un enfrentamiento sino un encuentro entre fe y laicidad; hay que renovar la fe para responder a esa laicidad". En resumen: que cuantos más creyentes, más ganan ellos, así es que mejor multiplicar esfuerzos para llenarse los bolsillos.

Ahí está, tan popular, tan campechano, al natural.

"El mensaje es no perder el camino de la fe y buscar la belleza de la fe en este mundo moderno". Esperpento clásico de cura. Muy bonito, mucho circunloquio, pero poco práctico. Lo de siempre.

Invita a España y a Europa a "edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos". Y lo dice así, sin que se le caiga la cara de vergüenza, con su pompa a cuestas y sus ropitas de señorito con las que comerían decenas de miles de personas en el mundo. Increíble.

"Es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios". Europa sería de nuevo esclava de ellos. Ojo al parche con la frase, que tiene su miga.

Para acabar, iba a soltar aquí una retahíla de improperios hacia esta institución, pero para no herir ni aburrir con mi habitual mala leche verbal, me acojo a las palabras de Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, que en este caso hace un buen resumen de manera políticamente correcta: "A estas alturas, defender el preservativo como un elemento negativo del que la gente se tiene que abstener, o estar en contra de la píldora del día después, de cosas que están asumidas por la sociedad, de izquierda y la derecha, sitúan a la Iglesia en una posición de una especie de nacionalcatolicismo que teníamos en el período de la dictadura española".

Sin más.

*Frases extraídas de www.abc.es

4 comentarios:

José Mora Galiana dijo...

Rafa: He visto en tu página http://rafabatallitas.blogspot.com

"La pobre Iglesia, de visita"

El título ya dice mucho de lo que luego apuntas:

1) en la dialéctica entre la fe tradicional (dogmática) y el mundo moderno (modernidad), la jerarquía nos toma sistemáticamente el pelo, pues los jerarcas actuales se saltan el Concilio Vaticano II y vuelven al sentido tradicional de Cristiandad y de Nacional Catolicismo (en el caso de España);

2) en la construcción de Europa (y de España como parte de Europa)se incurre en el mismo delito de falsedad y corrupción que la mayoría de los políticos al decir una cosa y hacer otra: defender la justicia (el derecho) para todos,es decir, la Europa Social, y optar por lo neoliberal conservador, silenciando la usura de los poderosos bancos, la especulación de los más ricos, o la propia riqueza y patrimonio en contraste con las necesidades y derechos los demás, que es la inmensa mayor parte.

3) en relación con la visión de Dios, choca sobremanera y es blasfemia usar y abusar de lo "totalmente otro" como si se pudiera disponer de un fantástico móvil en el que comunicarse con lo inefable e interpretar lo trascendente a su manera, siempre parcial, limitada y miope.

4) respecto del derecho a la vida, se vuelve la mirada ante tantos y tantos asesinatos y muertes por causa de las guerras y de las luchas de intereses, y ante las hambrunas. Sin embargo, sin procrear ellos -formalmente- (los eclesiásticos católicos), entran sin pedir permiso en la intimidad de las personas que tienen que decidir a veces sobre situaciones difíciles de resolver en conciencia, y entran sin modernidad alguna sobre el uso de los preservativos (tan necesarios para la salud o para la planificación familiar)... a la vez que ocultan sus miserias y sus tendencias persversas fruto, en muchos casos, de la represión educativa que se ha recibido más que de la propia corrupciópn natural.

Sabes lo que pienso: la sana laicidad, frente a distintos tipos de confesionalismos religiosos o ideológicos, al respetar las distintas dimensiones del animal humano: individual, social, e histórico, y también de apertura a lo trascendente, es un alto grado de cultura necesario para la convivencia intercultural e interreligiosa, en el seno de cualquier civilización.

Respecto de la Iglesia Católica actual, la corrupción sistémica (por tergiversación de sus orígenes), la blasfemia (al usar el nombre de Dios en vano) y la arrogancia (como pretensión intelectual de "hipotecar lo supuestamente revelado") son sus grandes contradicciones respecto del amor, la verdad y la justicia, que exigen respeto al otro, honestidad sobre los límites del conocimiento, y equidad.

Rafa dijo...

Esta noche, querido tío, te llamo a casa.

El Tito de S. dijo...

Me aburre tanta letra, tantas palabras, para entrar en conflicto. No he conseguido terminar de leerte. Lo siento. Hay temas que me aburren.

Rafa dijo...

Otro tío en liza... ¡reunión de tíos! Me gusta esto.