20 enero 2010

Nápoles: El altar a Maradona

Después de jugar en el Barça, en 1984 Diego Armando Maradona aterrizó en Nápoles. Su aventura napolitana, con todas sus consecuencias, se alargó hasta 1991. Entre las consecuencias, hablaremos aquí únicamente de las deportivas: dos veces campeones del Calcio, y una vez de la Copa de Italia, la Copa de la UEFA y la Supercopa de Italia.

El Pelusa es allá un dios. Un dios verdadero. Incluso existe en el mundo una religión que tiene a Maradona en el centro de su universo. Los maradonianos. En Nápoles, un bar tiene instalado en su pared que da a la calle un altar como reclamo turístico, y damos fe que lo consigue, puesto que allí se hacen fotos miles de personas cada día.



En las notas, que en las fotos no se leen, advierten al visitante que, ya que te haces una foto con su dios, al menos tómate algo, majo, o la cámara de fotos dejará de funcionarte. Sea como fuere, nosotros hicimos la foto y nos fuimos, y al día siguiente, en el Vesubio, parecía que ninguna pila hacía funcionar el chisme, aunque más bien habrá que pensar que fue el frío que impidió el correcto funcionamiento del aparato. En cualquier caso, queda dicho.



Cuenta un amigo que antes fue, que leyendo en las guías la existencia de dicho altar allá se dirigió, y no encontró ningún altar, pero al momento alguien salió de dentro y lo colgó para su sorpresa y el alborozo de un maradoniano cercano, que quedó allí mirando y balbuceando, tal vez rezando, ante un futbolista. Será posible.

Dicho altar se encuentra en la minúscula plaza del Nilo, justo enfrente de la estatua del Nilo (ver foto de abajo), y en la misma calle San Biagio dei Librai, justo la que da a la Plaza Gesù Nuovo, donde está el punto de Información turística.


El altar está justo en la espalda del fotógrafo que toma esta instantánea. (Foto: www.panoramio.com)

2 comentarios:

Mary dijo...

Pues a mí me cae como el culo.

Rafa dijo...

no se trata de caer ni de culos, sino de la tonta y simple anécdota.