15 diciembre 2008

Se me hielan las ideas, se me calienta la boca

Ando congelado. Parece que el frío de la calle me afecta. Eso de andar por las calles bajo cero no me permite pensar, y, por lo que se ve, ando cerrado en banda. Tendrán razón aquellos que critican mi actitud repetitiva, pero también tengo yo razón en que este es mi blog, mi diario, mi desfogue y mi confidente, donde escribo sin cortapisas de lo que me da la realísima gana. Siempre se puede cambiar de canal. No soy una ONG ni un amigo de nadie. Aquí no se salva ni dios, y menos ese, y si no tiempo al tiempo, que se me calienta la boca. Por fin calor, vaya.

Dicho esto, voy a zanjar polémicas, como siempre, abriendo otras, pero haciéndolo, como siempre, con una sonrisa. Y como ando congelado, frío el cuerpo y la mente, el tema será el blanco de las montañas que me rodean, y del frío que todo lo cubre. Con una pequeña intención, claro. Como siempre.











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