03 septiembre 2012

Los nervios previos a un triatlón


Queda menos de una semana para el triatlón olímpico de Valencia. Tengo unos nervios importantes, pero ahora debo dedicar los días que quedan a relajarme, a pensar en disfrutarlo, a acabar.

Pero es mentira. Saldré nervioso porque tengo miedo a ese agua negruzca y a tanta gente a mi alrededor queríéndome pegar, ahogar o entorpecer por ganar una posición como si les fuera la vida en ello. Tengo miedo a ese momento previo a saltar al agua, con unas ganas de echar a correr en dirección contraria -buscando un wàter, para qué engañarnos- y tengo miedo a los morlacos federados que saldrán justo después.

No quiero que Patxi me alcance, aunque será imposible. Tampoco quiero ver ni en pintura a Borso, Samu y Javi. De hecho, el objetivo es ganarles tiempo, y no al revés. Pero habrá que administrar.


El tema es que sé que cuando tenga ese momento de crisis dentro del agua a mitad de carrera, en el que veo que estoy muerto y no tengo fuerzas para seguir, mi cabeza segregará la información necesaria, que en ese caso es dejarme claro que solo hay que sufrir un poco más, diez o quince minutos más, y entonces vendrá la bici. Y aquí habrá que disfrutar.

El problema es que la querré hacer a tope, y dudo mucho que tenga capacidad para ello. Hace tiempo que no me pongo a fondo con ella, la tengo un poco olvidada y los dos puentes que habrá que superar se me van a hacer eternos. Será duro, porque tendré que luchar contra garrapatas y remolones, y además porque no haré ni caso a aquellos que me dicen "no gastes, que luego viene la carrera a pie".


La carrera a pie, cuando venga, será como siempre, es decir un sálvese quien pueda. Ni ritmos ni historias, sino pensar en sumar y sumar lo que den las piernas -será poco- para llegar a la meta.

Es una pena, por otra parte, que por el hecho de no estar federado no podré competir mano a mano con Patxi, Borso, Samu y Javi, sino que tendré que plantearme la carrera como una contrarreloj de principio a fin, ya que ellos salen cinco minutos después. En cuanto uno me alcance, quedará claro que recuperar el tiempo perdido con él será imposible.

En realidad, solo con poder tener la media hora posterior para que cada uno cuente su batalla personal, habrá valido la pena ir, sufrir y competir.

No hay comentarios: