13 marzo 2012

Hacer las maletas

Tal vez sea porque, siendo mi profesión, es en la que veo más casos conocidos. Sin embargo, me da la sensación de que el periodismo está pasando por una de sus peores épocas. Es una cosa de locos recibir noticias de que, casi cada día, cae un periodista. Ya ni nos sorprende que se cierren cabeceras, o que televisiones enemigas enemiguísimas se fundan por aquello de aliarse o morir, o que emisoras de radio hagan mil malabares para intentar salir del atolladero.

Hace unas semanas conocí un caso particular que me llamó la atención. Oriol Agut es un plumilla, locutor para más datos, que trabaja(ba) en Cadena Pirenaica, que hacía radio y últimamente funcionaba, y bien, para la tele del mismo grupo. El reciclaje oportuno, que siempre existe y debe existir en quien pretende salir adelante, se reflejaba en él como en tantos otros, pero al final pasa lo que pasa con otros muchos, que deciden dejarlo todo en este perro país, y hacer las maletas a ver qué pasa. ¿Miedos? Los justos y necesarios.

Oriol, stick en mano, preparado para darle un vuelco a su vida.


Oriol ha decidido probar otra vía, una que le envía directo a Suiza a entrenar chavales en hockey hierba y jugar en el equipo del Olten HC. Este deporte es el que ha practicado siempre, y el que ahora le abre una puerta que ha decidido atravesar y probar. Vivirá junto a su novia en un pueblo que se llama Langenthal, de 15.000 habitantes, y que está a 40 minutos de Zúrich. ¿Alguna vez pensó que tendría que coger esta vía? Seguramente no se lo planteó jamás, pero ahora está lleno de ilusión por mover el manzano.

Nada tiene que perder, sino todo lo contrario, porque hacer las maletas para huir de un país que ni siquiera parece que haya tocado fondo, es ahora mismo una de las mejores soluciones que se me ocurren. En los pros, la novedad y las ilusiones, en los contras, seguramente las incertidumbres que, sean las que sean y donde sean, acaban por ser minucias y superables. Hay que llamar a cuantas puertas vea uno medio abierta, se sea periodista o no, puestos a enredar, porque no hay sector que no tenga la guillotina arriba esperando el momento de cortar más cabezas. Si quedan con todo en su sitio.

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