04 agosto 2011

"La bicicleta y el tío Manuel", por José Mora

Texto de mi tío Pepe extraído de su blog (http://desarrolloliberador.blogspot.com) sobre la bicicleta, su hermano (y mi tío) Manuel, su afición al ciclismo, una mezcla del ayer con el hoy, del arte y la cultura, de la sociedad pasada y actual. Para mí, maravilloso.

LA BICICLETA Y EL TÍO MANUEL

En una exposición, en Berlín, que ha tenido lugar del 18 al 28 de julio, jóvenes artistas de Varsovia y de Berlín han expuesto sus "Grafik" en el kiosko antiguo del andén del metro U-Bhf, justo en la parada Schönleinstrasse. Me ha llamado la atención sobremanera una serigrafía sobre la bicicleta, de Lukasz Sawicki, que se titula "Move!" Transcribe una frase de Einstein, que me ha hecho pensar. Nunca imaginé que la afición a la bicicleta, de tiempos púdicos hispanos, y que heredé de Manuel, el tío de un buen puñado de sobrinos, llegara a condicionarme tanto al contemplar esta obra concreta y cotidiana.

La frase de Einstein en inglés, con la ayuda de Inés y Georg, la hemos traducido del modo siguiente: "La vida es como montar en bicicleta, [pues] para que estés en equilibrio tienes que estar moviéndote". Quizás, líbremente, pudiera traducirse: "La vida es como circular en bici. Para lograr el equilibrio tienes que estar pedaleando".
Imagen extraída de http://almedacornella.blogspot.com (Foto: Providencia Carrasco)

Recuerdo la primera caída del tío Manuel, bajando de La Melonera, en la curva del "Convent", compitiendo en la vuelta local al "Plá", con Sambo, El Negret, El Mellaet y Aliaga. Sambo era el más fuerte y se iba en los repechos. El Negret era muy cuco y se pegaba a la rueda de Sambo o del que fuera capaz de seguirle. El Mellaet tiraba todo lo que podia y el tío Manuel hacía cuerpo con él. Aliaga iba a lo suyo: a vender o reparar bicicletas. Después venía el pelotón de diez o doce corredores más de la "contorná" del Valle de Albaida y, finalmente, el coche escoba (una furgona). Eran, salvo excepciones, los mismos que practicaban el juego de la pelota a mano en el "frontonet" del Patronato de la Niñez, de la parroquia de San Carlos, sólo que ahí había alguno más, por aficionados al futbol (Ben Barek y Cambra), porque jugaban "en el carrer" (en la cuesta de Santo Domingo de Onteniente) o por ser pelotaris más sólidos como Pinter, El Albaidí, el propio párroco Vicente Cremades, y aficionados de solera como el Bilbaino, El Alguacilet y Ramón El Formagero de saque certero y resto duro de pelar.
Imagen de http://gijon.elcomercio.es

Eran tiempos difíciles, aquellos años 60. A Manuel le guardaba yo la ropa, pues de casa tenía que salir vestido y con el traje de ciclista debajo, como si tuviera que esconder "ropas proletarias" o algún secreto inconfesable. El ciclismo era mal visto. Le dió altura Bahamontes, "el Águila de Toledo". Ironías de la post-guerra.

El tío Manuel, por causa de aquella maldita curva, tuvo una fractura de dedo que le desvío el corazón para siempre en la mitad de la mano. Pero esa pasión, un tanto loca entonces, nos la transmitió a todos como una especie de herencia mecánica para el futuro.
Imagen extraída de http://capitanmadelman.blogspot.com

Hoy, en la distancia, desde Berlín, incluso el futuro de la Unión Europea y de esta Casa Común que es el Mundo lo percibo como la vida misma, como andar pedaleando en la bici. Lo importante para mantener el equilibrio es seguir rodando. Hay que recordárselo a los que tiran la toalla y a los que ignoran sus excesos coloniales y las consecuencias de ideologías fascistas y totalitarias. El arte del ciclismo está en evitar las caídas y disfrutar y sufrir con ella. Ir en bici es como estar en plena Naturaleza, subiendo y bajando cuestas o paseando, deambulando y yendo al trabajo o a las tareas diarias por el llano de la ciudad.

Gracias tío Manuel por aquella locura tuya de la bici, contra toda represión en una época púdica hispánica, de Nacional-Catolicismo, en la que necesariamente había que romper el cascarón de una u otra forma para poder volar y sentirse uno mismo como persona.

La bicicleta es toda una metáfora. En ella, como en la vida, se aprende a gozar y a sufrir, se descubren los secretos del equilibrio, de la regularidad, del arranque y de los cambios de piñones y platos para subir y bajar o para circular a buena velocidad por el llano. Pero, en no pocas ocasiones, hay que hacerse fuerte sintiendo el dolor de las piernas que flaquean al levantarse sobre los pedales y que obliga a sentarse de nuevo en el sillín para acompasar la respiración, recuperar las fuerzas y seguir combatiendo a buen ritmo.

La bicicleta nos remite a la realidad dinámica de la vida, a la vida concreta, al día a día, al pedaleo constante de nuestro espíritu por manetener el equilibrio psicofísico, material y técnico. La bicicleta es una metáfora. Tío Manuel no llegó a ser profesional de la bici pero nos legó una valiosa herencia con su afición y su experiencia.

José Mora Galiana.

2 comentarios:

José Mora Galiana dijo...

Moltes gracies, chicot. El meu valençiá te moltes aspardeñaes però... "la terreta tira"

Rafa dijo...

vaya si tira. Es que yo me he imaginado al tío dándolo todo a rueda de otro en plena curva de entrada al pueblo por el melonar, y me ha entrado una emoción tremenda. No veas lo que le hubiera animado yo desde la cuneta!!!