17 agosto 2011

Devorar

Los días de verano intentó darle un empujón a unos cuantos libros que guardo en un cajón de la memoria, pero siempre aparecen sorpresas por algún lado, recomendaciones o títulos que, casi sin querer, como una señal, caen sobre tus manos y les echas un vistazo hasta que te enganchan y no los sueltas. Estos suelen ser los mejores.

Es el caso de "La soledad de los números primos" de Paolo Giordano, que sin ser una cosa del otro mundo te consigue enredar en su fluidez envidiable, una narración precisa y nada rimbombante, y te traslada a los entresijos de las mentes de dos personas extraordinariamente atractivas, diferentes y alienadas, irremediablemente unidas entre sí.

Pero otro de los libros que me ha dejado un buen sabor de boca es "Mil soles espléndidos" de Khaled Hosseini, una historia sencillamente maravillosa y terriblemente dura, que nos acerca a las vidas de muchos seres humanos marcados con sangre a una vida de dolor entre lo que nosotros los occidentales vemos como condiciones infrahumanas y ellos sin más el destino que les ha tocado, del que sin embargo algo les llama a separarse, aunque solo sea la supervivencia.



No hay nada mejor que coger un libro y que al cerrarlo te deje pensando. Eso es terriblemente placentero, como lo es estar desayunando y querer acabar pronto para volcarte de nuevo en la historia, o alargar el día hasta las tres la madrugada para dormirte sobre sus páginas. Significa que disfrutas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Khaled Hosseini es un autor realmente bueno. Leí "Cometas en el cielo" y me gustó mucho. Como tú lo dices bien, me dejó pensando...
Un beso fuerte desde Madrid!!!
Anaïs