02 marzo 2011

Afilando el cuchillo jamonero

Como no todo va a ser darme de bofetadas cada vez que salgo en grupo sobre la bici, cuando voy solo me gusta regalarme salidas chulas y tomármelas con calma. La más reciente es la de hoy mismo, donde me he dado el gusto de subir a Montellà sin prever que en la bajada iba a pasar más frío que un nazi a las puertas de Stalingrado. Sin embargo, arriba, la calma habitual entre terneros mamando y haciendo un ruido tremendo (¡slurp!), con el Cadí nevado al fondo dominándolo todo, y con unas nubes encima que quitaban el hipo ("quietas ahí", les decía).

Los 85 kilómetros de hoy, aun así, no han sido tan bucólicos y entre tanta moñiga de vaca. La carretera general y los túneles te obligan a ir con mil sentidos alerta, pero es una buena ruta para forzar en un sube y baja que dependiendo del viento que dé se las trae más o menos. Que se me haya olvidado en casa la luz trasera ha sido lo peor del día, y lo mejor que los Mossos d'Esquadra que me han mirado mal al adelantarme en plena oscuridad de uno de los túneles, no hayan sacado el papel de las recetas.
Hay otras veces en que decido pasar de la calma a la parsimonia, pero para ello es importante que no haga el frío de estos días en los Pirineos. Es decir, tiene que ser en la tierra prometida, allá en Valencia donde no saben lo que es bajar de 10 grados en febrero.

Así es que aquí me tenéis, dándome el gustazo de comerme un trozo de tarta de manzana con piñones, litros de miel y muchas pasas, mi cocacolita y mi nena a mi lado. La foto no tendría gracia sin apuntar que, tanta parsimonia y tanto pasotismo me impidieron darme cuenta de que ahí justo donde estaba sentado era la misma puerta del Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna. Y mira que la plaza, el campanario, la gente bien vestida, los policías municipales de guardia, el cartel y todo en su conjunto lo dejaba bien claro. Pero que me quiten lo bailao.

Huelga decir que todas estas salidas suman, y que cuando baje a Valencia de nuevo, lo haré otra vez con el cuchillo de pirata entre los dientes. Porque es la vidilla, y porque no le daré el gusto a más de uno de dejarme atrás. En Andorra es otra cosa: a los toretes ni les intuyo el culo a lo lejos. Es otra liga.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

València té moltes coses bones, entre elles la temperatura, però els Pirineus tenen aquests paisatges que sembla que ja ens hem acostumat però són tant, tant, tant macos! Però tu saps montar-t'ho molt bé, quan vols, aquí i allí. Per això, t'estimo!
Pepa

David dijo...

Ostres! No he fet rutes jo amb mun pare per Montellà! Pujàvem per Montellà i tornàvem pel darrere direcció Martinet (el que en BTT). Que vius per Sant Julià de Loria o aixì?

Rafa dijo...

Encamp

David dijo...

Dunidó, llavors es una ruta molt maca. Vaig pujar dissabte a Andorra i vaig trobar-me cents de ciclistes per la carretera amunt i avall.

La pujada a Montellà o la pujada a Arsèguel m'agradaria fer-les amb la flaca.