07 febrero 2009

Un quejido de esperanza



De vez en cuando, ya sabéis, me regalo unas frases para ella. Aquí la tenemos en julio del 2005 yendo hacia el Ibonet de Batiselles, en el valle de Benasque, una zona a poco más de 2.000 metros y con grandes vistas hacia arriba, pocas hacia abajo y muchas alrededor. Ella sube y sube y corona las piedras, los prados y las sendas, deja su huella y sigue respirando, se ahoga pero insiste y luego a lo sumo lanza un mínimo quejido. Sin embargo, lo consigue.

Pero también hay momentos en que dice basta. Respira muy fuerte, tensa los músculos y su corazón se acelera, se asusta y frunce el ceño, y es entonces cuando asume la derrota. También emite entonces un quejido, pero no es de dolor, sino de esperanza. Otro día, dice, otro año, asume, cuando sea, será bienvenido el esfuerzo. Mientras se pueda.

Os la dejo aquí descansando, esta vez subiendo al Besiberri desde Caldes, aquella misma semana, aquel mismo mes, y aquel mismo año. Cuando no llegamos al final pero, eso sí, valió la pena. ¿No crees?

2 comentarios:

Mary dijo...

Siempre vale la pena el esfuerzo y hay que mantener la esperanza si no se alcanza la meta a la primera. ;)
Os quiero. María.

Riki dijo...

Batiselles...que recuerdos...bonita subida y rápida bajada (bajo una granizada impresionante, jejeje).