03 junio 2008
A pasar calor de una puñetera vez
Estoy contento por dos cosas. La primera porque ha sido el primer día que he andado por Andorra con camiseta, aunque cuando corría algo de aire me ponía la sudadera cagando leches. Y la segunda porque nos vamos esta semana a Valencia, y me llevo los pantalones cortos y no me llevo la chaqueta de invierno de la bici, ni los guantes, ni las bragas del cuello ni nada. Aquí se queda el frío maldito y desolador.
Ayer lunes hice 143 kilómetros subiendo Sant Andreu, en España, un puerto de 20 kilómetros, para volver a Andorra y subir La Rabassa, puerto que subirá la Vuelta a España en septiembre, de 18 kilómetros, y aquí me llovió en la subida pero mucho más en la bajada, y cogí frío y me enfrié y me indigné mientras me helaba el viento en la cara y el pecho y las piernas mojadas porque pensaba que estaba en junio y que me cago en la mierda del frío que hasta casi en verano sigue presente en este minipaís. Luego en el puerto de la Comella, de 5 kilómetros, me dio el pajarón y me tuve que parar cuando vi que iba a 9 por hora y tenía 140 pulsaciones. Es decir, que me estaba durmiendo. Me senté en el arcén, comí, respiré, coroné como pude el kilómetro que me faltaba y le envié un mensaje a la Pepa: "Vine a per mi". Y vino. Mi luz.
Ayer lunes hice 143 kilómetros subiendo Sant Andreu, en España, un puerto de 20 kilómetros, para volver a Andorra y subir La Rabassa, puerto que subirá la Vuelta a España en septiembre, de 18 kilómetros, y aquí me llovió en la subida pero mucho más en la bajada, y cogí frío y me enfrié y me indigné mientras me helaba el viento en la cara y el pecho y las piernas mojadas porque pensaba que estaba en junio y que me cago en la mierda del frío que hasta casi en verano sigue presente en este minipaís. Luego en el puerto de la Comella, de 5 kilómetros, me dio el pajarón y me tuve que parar cuando vi que iba a 9 por hora y tenía 140 pulsaciones. Es decir, que me estaba durmiendo. Me senté en el arcén, comí, respiré, coroné como pude el kilómetro que me faltaba y le envié un mensaje a la Pepa: "Vine a per mi". Y vino. Mi luz.
30 mayo 2008
La nueva nena
Esta es mi nueva nena descansando en el Coll de la Botella, a más de 2.000 metros de altitud, tranquila y serena después de hacerme sufrir durante un rato que no he calculado. El Coll de la Botella está en la estación de esquí de Pal, en Andorra, y lo que se ve al fondo son las montañas de este minipaís nevadas por los siglos de los siglos. En esta carretera ha muerto hoy un tipo con un quad, despeñado por un barranco.
Añado más fotos de la nena para mis amiguetes de la peña La Naranja Mecánica, que hace unos días me pidieron imágenes de la nueva adquisición de la familia. Viva el ciclismo.
27 mayo 2008
Mi pilota valenciana hasta en los sellos

Porque también hay que pasárselo bien...
Para el gustazo de los valencianos, que sentimos vergüenza de muchas cosas que pasan en nuestra tierra (llana y soleada, qué grande), aquí va algo relacionado con el tema que me han enviado y que me permite reírme bien a gusto. Con eso sobra. http://www.youtube.com/watch?v=MagEJ0lJ8TQ
17 mayo 2008
Consecuencias del paso del tiempo
Y esto me lleva a pensar en los abuelos. Los abuelos criaron a sus hijos en una casa que hoy ya no es de nadie (bueno, sí, pero ni los conocemos ni importa). Allí pasó la vida de los que a nosotros nos trajeron al mundo, y ahora es sólo un recuerdo. Un recuerdo maravilloso. Y como sé que los que allí se criaron no han vuelto a pasar a verla para evitar emociones, aquí va un video que hicimos en nuestra última visita a la que ha sido, para todos, una casa llena de vida. A mí, cuando estuvimos, me sonrió al verme, tan tristona como estaba con las persianas bajadas y el polvo en las rejas. Fue una sonrisa de alivio y de agradecimiento. Porque de nuevo se sintió unida a lo que ha sido. Lo noté. Ella también sabe que como todo, nace, crece, se reproduce y muere, y espera el día en que una máquina la derrumbe y sea sustituida. Pero de momento lo hace con dignidad, manteniéndose firme. Llamé al timbre y no se oyó aquel estridente sonido que hacía. Entonces me di cuenta: es cosa del pasado, pero ella se mantiene viva en el corazón.
(DESPUÉS DE ESCRIBIR ESTO ME ENTERÉ QUE EL PASADO 15 DE MAYO LA CASA DIJO ADIÓS ANTE LA FUERZA DE UNA ESCAVADORA... Ahora sí que se acabó todo)
14 mayo 2008
Que la sonrisa no se apague, que el tiempo todo lo cure
Quisiera enviar en estos momentos un abrazo muy, pero que muy fuerte a dos amiguetes que allende los Pirineos, pasando Francia y dentro de Alemania, no se encuentran en el mejor momento. Anais y José -ella la sonrisa francoalemana más eterna del mundo, él el segoviano más batallador y rudo con permiso de don Perico- han tenido sendos contratiempos, y ambos relacionados con el deporte.
Anais ha sufrido una de las peores lesiones, rotura de ligamentos de la rodilla. La sonrisa eterna dice adiós a triatlones (el primero lo tenía este fin de semana), a la Marmotte (esto sí que duele) y seguro a otros proyectos que tenía en mente. Se lesionó en clase de atletismo en los saltos de vallas. Un besazo para que no se apague su luz.
José, el Segoviata como a mí me gusta llamarle –nunca le he consultado si a él le molesta, pero si es el caso espero que me lo diga-, fue a disputar una carrera popular alemana de 10 kms, una minucia para este devorador de kilómetros en bici o a pie, pero el amigo fue sin comer después de recorrerse calles y calles con la bici repartiendo el correo de la zona. Le dio un yuyu y acabó en el hospital. No es irresponsable, lo conozco, pero estas cosas pasan cuando se fuerza demasiado la máquina. Ahora está recuperándose del susto.
Por ellos dos pongo aquí dos fotos especiales. La de arriba es de ambos, paseando su amor por los Picos de Europa el pasado año, en julio, y abajo cuelgo una foto que me encanta, en la que están ellos dos, con Óscar, Anne, Amparo y el que suscribe en uno de los dos días más memorables de mi vida con noche en refugio de por medio y buena compañía. Una gran tropa que disfrutó de aquellos maravillosos Picos de Europa en unos días breves pero intensísimos después de los cuales el cuerpo, a todos, nos dijo también basta.
Se os quiere. Que lo sepáis.

11 mayo 2008
Beldium y la Marató i Mitja del Penyagolosa

Y pasó que dijo basta. Un año más la carrera se le resiste, pero hay que ver siempre el lado positivo, y es que el menda, de nuevo -evoluciona bien, entrena bien, se esfuerza y mucho Beldium- bajó su último registro en el kilómetro 35, que no es poco, oigan: 4 horas y 45 minutos. Y claro, haceros cargo, gente, que casi cinco horas, todas, absolutamente todas lloviendo, es duro de narices. Pies mojados, pesados, hundidos en el fango, resbaladizos sobre la piedra húmeda, agua por todos lados... condiciones para decir, con tranquilidad, que el año que viene habrá otra oportunidad. Y eso es lo mejor: siempre hay otra oportunidad para subir, para bajar, para sufrir y para disfrutar de la naturaleza y de nuestro propio esfuerzo.
Un enorme abrazo, Beldium, porque el sacrificio tiene recompensa.
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