En la comarca del Baix Empordà (Cataluña), remontando el río Ter que viene fresco y limpio desde su nacimiento en Ulldeter (Vallter 2000), a la salida de Torroella de Montgrí, se pasea tranquilamente con la bici y buena compañía. Por aquellas planicies en falsa subida, atravesamos campos de frutas, manzanos principalmente, pero también maizales.
Puente de los siglos XVI y XVII sobre el río Daró, hasta hace pocos años la única vía de comunicación de Gualta (300 habitantes) con su entorno. Es monumento nacional desde 1987.
La pista pasa en perpendicular a los trazos abiertos entre frutales, y allá Paco y yo imaginamos monstruos e historias tenebrosas, asesinos con hoz en mano. El maíz. Es el recuerdo de la película (y el libro de Stephen King) "Los chicos del maíz", de la que, afortunadamente para mis pesadillas, apenas recuerdo algo, excepto el miedo. Allá paramos y miramos aquel oscuro pasillo, el otro, y el otro, y sentimos el silencio y el viento que agita la paz del campo. Un escalofrío se nos mete en el cuerpo, pero el hechizo se acaba con unas risas nerviosas. Es el maíz.
Paquito se acerca al lugar de las fantasías.
Seguimos el camino y cruzamos el Ter por el puente de carretera, dejando a la derecha Verges, para alcanzar otros destinos: Ultramort es nuestra siguiente parada. Parece una broma, pero no lo es. Tan solo unos 200 habitantes. Cruzamos y seguimos a Rupià, Corçà, Monells y Cruïlles, todo siguiendo las indicaciones de la ruta cicloturista, la qual, aunque a veces confusa, nos acaba dejando en nuestro punto de partida y final: la Bisbal d'Empordà.
Cruce del río Ter por la carretera que une Verges con Ultramort (C-252).
3 comentarios:
Grrrrrrrrrrrrrrrrr. Tomás.....
jajajajajajajajajaja!!!!
grande paquito!
¿tomás? ¿estás ahí?
jajajjajajajaja
Una "imagen" literaria que se mantiene en nuestro "
"imaginario"... imágenes por todas partes!!
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