16 noviembre 2009

Sus muertos, los otros muertos, todos muertos



La guerra mueve dinero, tanto en sus momentos previos, durante como después. Una de sus máquinas más feroces es el cine. Aquí viene el sinsentido de gente como yo que, no entendiendo y despreciando cualquier conflicto bélico, siente pasión por el cine del género. Son muchas las películas que he visto sobre las guerras. La mayoría, de origen americano. Aquí vamos.



La última que he visto, "Blackhawk derribado", un peliculón si no fuera por toda la mierda que sale allí. El valor, el amor por el compañero, el respeto por tu ejército, por tus superiores, tu honor... todo la vomitera habitual, con banderita de barras y estrellas cada cinco planos. Muy "Salvar al soldado Ryan", con todo mi respeto a esa pedazo de cinta que nos regaló Spielberg hace ya una década.



















"La gran evasión" es, en mi opinión, la mejor película de guerra de la historia, donde no se dispara más que lo justo, donde la guerra, con su dureza, se traslada a un campo de prisioneros, militares todos, con los valores de siempre, eso sí, pero con una narración limpia y me atreveré a decir que incluso divertida, alegre, con todas las dosis de suspense, y todo con muy buena educación entre nazis y salvadores.







Pero el debate interno que se me plantea no va en la visión americana, la que va de buena, la que va de justa y en pro de la paz mundial, la del salvador yanki que nos trae la buena vida occidental. Hoy pienso en esos pollos de diecipoco años que con veintipocos son veteranos de guerra, retirados por años de servicio y heridas marcadas a fuego, y que son el orgullo de sus padres, también americanitos de a pie, que a su vez son el orgullo de los dirigentes yankis, también americanitos de a pie, que a su vez son el orgullo de un Estado yanki, el gran hermano americanito que tiene adiestradas a millones de familias que viven su patriotismo vaquero al extremo, con el sentimiento feroz de que luchan por salvar al mundo y a su país nadie sabe de quién, porque, que se sepa, hasta el 11-S los Estados Unidos nunca antes habían recibido un ataque en su territorio.



Esta gente crea peligrosos especímenes que vienen a pensar que el bien son ellos, que matan por su bandera y los suyos, y nos pretenden tomar el pelo a todo el resto del mundo occidental (en el oriental no tienen cabida, faltaría más) con sus lloriqueos en plano corto al ver sufrir y morir a un compañero de pelotón, para que nos enternezcamos. ¿Acaso tenemos un hueco en nuestro corazón para ellos, que van allá donde tienen el dinero invertido para seguir siendo los mandamases, y no lo tenemos para los invadidos, que viven con la doble desgracia de aguantar lo suyo y lo de los amos del mundo?

En una película de la Segunda Guerra Mundial, el enemigo mundial y casi sin dudarlo era el fascismo. En las guerras actuales, ¿quién es el enemigo? ¿Los somalíes? ¿Los iraquíes? ¿Los afganos? ¿Los congoleños? ¿Quién? Los yankis aparecen con sus bandas sonoras y sus planazos que quitan el hipo con la intención de enseñarnos al resto de 'su' mundo lo valentones que son, lo que arriesgan sus vidas por nosotros, nosotros los occidentales capitalistas de las sociedades del bienestar.



A mí me gusta el cine bélico, y seguiré viéndolo, pero espero no ponerme nunca su careta, la que me dice que, en los créditos del final, los únicos que lloran a sus muertos son ellos. Más allá del país de la Coca-cola, ¿cada muerto vale menos?

13 noviembre 2009

Un paso adelante

Voy a dar un paso adelante. Voy a dejar de eludir el problema y voy a ver si cojo el toro por los cuernos. Llevo muchos años haciendo deporte, desde 1990 que empecé a ir en bici y a hacer carreras que no he parado. Con los años he hecho baloncesto, fútbol, ciclismo, triatlón... Siempre llegados los meses de noviembre y diciembre la actividad ha sido muy inferior, y entonces he cogido de nuevo fuerzas para la primavera y el verano.

Este año, por fin, me decido a dar un giro. He ido al médico. He acudido a una clínica deportiva con la firme intención de recuperar mi cuerpo y sentar las bases. Voy a poder seguir haciendo deporte, porque es importante y hasta la doctora me ha dicho que no pare, pero hay que tomar medidas.

Desde hace años, muchos años, cada vez que me calzo las zapatillas de correr es la misma historia. Al final de la sesión, y muchas veces durante, vienen las molestias. Todo viene de cuando me pasé tres meses con la pierna derecha escayolada casi en su totalidad, hará más de diez años. Desde entonces que no puedo correr sin tener dolores, no puedo hacer series, no me puedo exigir y por ende no me puedo plantear hacer una maratón, y ni mucho menos un Ironman. Sólo entrenándolos seriamente me lesionaría. Puedo correr a cinco el km, y hasta a cuatro, pero eso no me vale porque lo puedo hacer con molestias, y eso no es disfrutar, que es al fin y al cabo de lo que se trata.

Antes de verme obligado a parar en seco, voy a empezar a recuperar estructuralmente mi cuerpo. En definitiva, el parte médico es amplio, pero no grave. Amplio porque incluye problemas en:

Tronco superior:
-Dorsales
-Cervicales

Tronco inferior:
-Psoas ilíaco
-Pectilíneo
-Isquiotibiales
-Glúteos
-Tendinitis en la rodilla
-Vasto lateral
-Tibial anterior

No es para asustarse, porque cualquiera que lea esto tiene también problemas en esos sitios. Es habitual y normal, cada uno con mayor o menor intensidad, pero los tiene, porque no tenerlos significa haber hecho sesiones de fisio y estiramientos desde bien pequeños, y eso no lo hace nadie. Es decir, es achacable a la actividad física, en gran parte, pero no en el todo.

Así es que lo dicho, seguirán las batallitas, pero sin intensidades. Disfrute y placer, salud y kilómetros para todos.

10 noviembre 2009

Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo

Me gusta mucho el cine de antes. El de antes es el de estos personajes tan extravagantes. Extravagancias de antes también. Yo me compré "Atraco a las tres" por culpa de esta escena. Es que me parto. Mirarle a él, sólo a él, y es tan bueno. Tan gracioso. Ni Travolta en Grease se peina con más salero. Tremendo José Luis López Vázquez.

09 noviembre 2009

Primera nevada



¿Que hace frío? ¿Que nieva? Que os voy a contar...

07 noviembre 2009

La ilusión del violín



Es un joven de 60 años y medio con unas ganas locas de seguir disfrutando. No tiene vergüenza ni la conoce. Tanto se divierte contando anécdotas de cuando éramos pequeños como se viste de Clint Eastwood en "El bueno, el feo y el malo", se desnuda para un calendario erótico, corta el césped, el seto, recoge las olivas, las almendras, las hace al horno, cocina una paella de escándalo mayúsculo, lee, estudia, trabaja, adora a su Petri (maaaaaaama) y a Buster, viaja, va en bici, se va a la montaña, echa la cabezadita de después del café y... toca el violín.

De momento, no lo hace bien, y eso lo sabe tanto como sabe que no ha de importarle, porque en los inicios nadie habla a la perfección sino balbucea, y nadie pinta sino colorea. Está en esos momentos en los que se adapta a un instrumento con el que ha soñado mucho pero no ha tenido nunca contacto. Hasta hace un par de años. No perdona su horita de violín vespertina, y todo lo hace por ilusión. Cuando voy a Valencia, me encanta dedicar unos minutos a escuchar cómo toca, sentado a su lado viéndole sonreír y diciéndome, "escucha, escucha". Y sé que él se siente feliz así.

Para mí es un ejemplo a seguir. No en vano, es mi padre. Eso sí, en casa de herrero, cuchillo de palo. Esto siempre ha sido así.

06 noviembre 2009

Marruecos: Marrakech (2)

En Marrakech es la hora de la oración. Estamos en la azotea del hotel en el que nos alojamos el pasado mes de junio, viendo las vistas de la ciudad al atardecer, justo al lado de la peculiar plaza Djema-el-Fna donde mercaderes, actores, encantadores de serpientes, vendedores de 'hasch' y demás conviven con su día a día y el turismo. Desde el minarete de la mezquita Kutubia se llama a los fieles. Un altavoz lleva el sonido a toda la ciudad, y el orador se esfuerza. De repente, la prueba de que no está grabado.

02 noviembre 2009

Vía Verde de Ojos Negros



Voy a dar aquí algunas referencias para los que, como Paquito y yo los días antes, no teníamos ni la menor idea de cómo hacer la ruta de la Vía Verde de Ojos Negros.

La salida oficial de la Vía Verde está a unos 60 km al noroeste de Teruel, en Santa Eulalia. Nosotros fuimos a Teruel para salir desde allí por la comodidad del tren, que llega a la ciudad.

Tema tren: Desde Valencia sólo se puede coger el que sale a las 18:47, que llega sobre las 22:00 a Teruel. Y digo sólo porque es el único tren en el que se pueden llevar bicis.

Si se siguen estas indicaciones, es muy fácil. No gano nada haciendo publicidad de ningún hotel, pero como nos atendieron tan bien y las condiciones fueron tan buenas, pues contaré lo que hicimos: Reservamos por teléfono en el Hostal Serruchi (C/Ollerías del Calvario, 4; teléfono 978 610 681, o hostalserruchi.com), que no tenía mala pinta. Llegamos al hotel sobre las 22.30 y todo fueron facilidades. ¿Las bicis? Fuimos al Bar Serruchi, calle arriba, según nos indicó la chica de recepción del Hostal, y las dejamos en un garaje privado de los dueños del bar, y del hostal. Todo muy de andar por casa, cosa que se agradece.

Dormimos los dos por 45 euros. Por la mañana nos vestimos, fuimos al bar, nos tomamos un café y el camarero, un familiar del de la noche anterior, nos abrió el garaje, sacamos las bicis y nos indicó cómo coger la ruta. Con gente tan llana da gusto.

La ruta, por orden y si no me equivoco, pasa, desde Teruel, por Valdecebro, Puerto Escandón, Puebla de Valverde, Sarrión –aquí comimos, en una callejuela a la izquierda de la plaza de la iglesia, muy bien por cierto-, Albentosa, Barracas, Caudiel, Jérica –aquí llevábamos desde Teruel 105 km, y dormimos en un hostal muy ‘señor’ pero también por unos 40 euros los dos juntos, con desayuno serio por la mañana. No recuerdo el nombre, ¡mecachis!-, Navajas, Altura, Segorbe –nos acercamos a la Cartuja de Vall de Crist-, y cerca de Soneja y Sot de Ferrer, a Algímia de Alfara y Torres-Torres, final del trayecto de la Vïa Verde, y desde donde fuimos por carretera por Gilet, Estivella, y camino de Llíria hasta Puçol, donde cogimos el carril rojo de la Vía Augusta hasta Valencia, pasando al lado de El Puig, y por la Pobla de Farnals, Rafelbunyol, Massalfassar, Albuixec, Meliana, Alboraia y entrada por el mismo carril al Mestalleta, donde nos despedimos después de tres días, dos de ellos de bici y todos de disfrute. Espero haber servido de ayuda.

Para ver los videos hay que dejar que se carguen un poco, sobre todo el de arriba. El de abajo es muy chungo, ya que lo he locutado y ha quedado fatal, pero bueno, como me ha costado lo mío, lo dejo porque aporta algo de información sobre la Vía Verde de Ojos Negros.