29 septiembre 2009
Ricky se quita la espina del Aneto
Camino del Refugio de la Renclusa
Desde Llanos del Hospital andamos por el valle hasta la Besurta. Unos 90 minutos. Un paseo tranquilo, que empieza en un prado de hierba alta, recorrido por un río tranquilote, y que sube poco a poco. A medida que subes, van apareciendo pinos hasta llegar a la Besurta. Allí el valle ya tiene pendiente y el río ya no es tranquilote, aunque lleva poca agua. En la Besurta empieza la subida al refugio de la Renclusa. Típica subida entre pinos rodeado de verde y que se hace muy cortita: 30 min. Llegamos a mediodía, el refugio estaba vacío. Yo tenía un poco de miedo del estado del refugio. En internet no lo pintan muy bien, porque dicen que se junta demasiada gente, que la comida es escasa, mucho ruido y ronquidos, y porque dan poco servicios por el precio que te cobran (según dicen los turistas), y porque ofrece demasiados servicios para ser un refugio (según los más montañeros). Para mí estuvo de lujo, te dejaban una chanclas para dentro del refugio, y así no andar con las botas ensuciando el suelo. Tienen duchas, baños, y los dormitorios son de unas cuatro literas.
Ese día subimos a unos laguitos cercanos a comer y hacer algunas fotillos. Un día de lujo, con sol y tal, pero sin calor... 2.000 y pico metros de altitud, y se nota. Aprovechamos lo que quedaba de tarde para preguntar a unos guardias civiles de montaña cómo está la subida, y que nos enseñen a atarnos los crampones (alquilamos crampones y piolet en el refugio).Cenamos prontito, a las 19h y después de unas lecciones de guiñote nos vamos a dormir. Pronto porque hemos decidido levantarnos a las seis. Al día siguiente, la gente se pone en movimiento muy pronto; a las 4:30 o así, y aunque la gente se cuida de no hacer ruido, sobre las 5:30, Pedro y yo nos damos cuenta que ambos estamos despiertos y como no vamos a conseguir dormir más pues nos ponemos en marcha.
Salida hacia la cima
Todavía es de noche, así que encendemos el frontal y para arriba. Arriba en la senda se vislumbra una serpiente de luces que sube lentamente. Alcanzamos a un grupito de franceses que van con guía y nos ponemos a rueda hasta que el sol naciente ilumina lo suficiente para ver el camnino y aprovechamos una de sus paradas para adelantarlos. El camino hasta entonces es tierra, roca y algo de cesped. Bonito, pero duro.
Entonces empieza el mar de piedras. Piedras, piedras y más piedras. De todos los tamaños y formas. Y el camino no deja de subir. Además aquí el camnio desaparece y aparecen los hitos. Montoncitos de piedras que marcan el camino. El problema es que hay hitos un poco por todos lados. Lógico, porque marcan el camnio en un mar de piedras; realmente puedes ir casi por cualquier sitio. Esquivando bloques de varios metros, aprovechando otros para seguir subiendo... y más piedras.Seguimos subiendo y alcanzamos a un grupito (valencianos) que van perdidos como nosotros. Ya somos seis. El objetivo es alcanzar el portillón superior. El mar de piedras te lleva a una cresta muy afilada, que tiene una pequeña obertura (el portillón superior) que da acceso al glaciar del Aneto... Pero lo que se dice glaciar está todavía a más de una hora de otro mar de rocas. Además ahora el terreno es cuesta arriba pero ondulado. Subes y bajas, subes y bajas, pero con cada colina coronada vas ganando altura. Pero claro, casi que la subes dos veces... Además, el glaciar se deja de ver por estar protegido por una pared de roca.
Primera meta: El glaciar
Una hora después, por fin, alcanzamos el glaciar. Allí espero a Pedro (me había adelantado para buscar el mejor camino), guardamos los bastones, nos ponemos los crampones y sacamos el piolet. Yo pensaba que eso de piolet y crampones es una exageración, pero no. El glaciar en verano se funde de día y se congela de noche. El resultado es hielo duro y agua, en vez de nieve blandita. Además el hielo al fundirse crea formas extrañas, puntiagudas y peligrosas en caso de caída (recomendables los guantes, por si acaso). En el glaciar se sube a media ladera, en diagonal. La subida es larga otra vez pero se agradece el cambio de aires. El glaciar y los crampones son una novedad para nosotros, y eso hace más entretenida la subida.
Vamos alcanzando a otro grupito y, vaya, son el grupo de franceses con el guía. ¿Cuántas vueltas hemos dado subiendo para que estos nos adelanten? ¿Por donde han subido? Entonces el colista del grupo nos suelta en inglés (bastante patatero), que continuemos, que nada de ponerse a rueda de su grupo, que ellos han pagado al guía y nosotros no. Era el único español del grupo de franceses. Vaya gilipollas. A nuestro grupito no parece afectarle (cansados, pasan de sus idioteces), pero a mí me arde la sangre por dentro, y me prometo que aunque tenga que subir arrastrándome llegaré a la cima antes que él.
Como la cima ya se ve desde aquí, se lo digo a Pedro y empezamos a movernos. El grupito del guía ha llegado a un islote de piedra en medio del glaciar. Es grande y hay que atravesarlo, pero vemos que los ‘enemigos’ no se quitan los crampones y van con ellos por las piedras. Pues nosotros no vamos a ser menos, y así perdemos menos tiempo, porque 5 minutos más tarde estamos otra vez en el glaciar. Aprovechamos una parada del otro grupo para adelantarlos y Pedro quiere parar. Yo le digo que tiremos para arriba. Antes muerto que dejar que ellos llegen antes que yo. Ahora el glaciar se sube por la línea de máxima pendiente. da un poco de cosa, pero esto si que se hace duro, y empieza a notarse la altura. Y entonces, se acaba el glaciar.
El paso de Mahoma
15 minutitos más de subida y alcanzo el paso de Mahoma (Pedro se ha quedado atrás, porque voy como una moto). Había oido hablar mucho de él. Es un paso estrecho, con pendientes de 400 metros (por decir algo) a cada lado. Pero no estaba preparado para esto. Joder, si además tienes que ir sorteando, subiendo y bajando piedras para atravesarlo. La verdad es que me digo, lo tienes que pasar o has perdido. Con cuidado, y con un nudo en el estómago, lo atravieso.¡Y ahí está la cima! ¡Qué fea es! Un vértice geodésico, un pilón con una Virgen del Pilar, y una cruz. Todo rodeado de... ¿adivinas? Eso es, más piedras. Después me he enterado que la cruz la subió el Club de Montaña de Cataluña (o algo así), y la Virgen la subieron unos montañeros aragoneses con un cura... que resulta que bautizó a mi madre, a mis tías y luego ¡las casó a las tres! El tipo subió a la cima del Aneto, hace 50 o 60 años ¡y con sotana! De Teruel tenía que ser, qué cojones. Luego les pilló la noche, y les tocó dormir al raso, sin equipo (bueno, el equipo de época) y pilló no se qué por el frio y perdió el bazo o el riñón o algo así. De locos.
En la cima, a 3.404 metros de altitud
Mientras hago tiempo esperando a Pedro (se le han atragantado las últimas rampas), unos chicos me ofrecen unos plátanos. Me sabe mal aceptarlos, pero insisten y me dicen: “Mira, los he subido hasta aquí y estoy hasta la polla, y desde luego no quiero bajarlos”. Con esos argumentos, me dejo convencer y me da dos plátanos para mí y dos para mi ausente compañero. Sin que yo se los pida. Eso es camaradería y no lo del español gilipollas. Media hora después llega Pedro, nos hacemos unas fotos, nos tomamos unos kit-kat y viendo algunas nubes que se acercan, decidimos bajar. Al final con la tontería hemos estado una hora en la cima. El paso de Mahoma ya no impresiona tanto (la novedad ha pasado) pero sigue habiendo algo en el estómago...
El duro descenso
La bajada por el glaciar impresiona más. Bajas por una pendiente de hielo... muy empinada... y de cara a la pendiente... una pendiente de yo qué sé, ¿un kilómetro de bajada? Un pasote. Pero es increíble lo que se agarran los crampones. Parece mentira. Atravesamos el glaciar y otra vez está aquí el mar de piedras. Qué pereza otra vez. Y además volvemos a coger el camino que no toca. Vamos dando tumbos hacia el portillón, lo cruzamos y bajar por un camino distinto al de subida. Claro, la subida había sido infernal. Pues el camino escogido tampoco es el bueno. A mí me duele la rodilla derecha y empiezo a andar como Robocop. Esta vez el camino es más duro, en algunos tramos complicado, pero por lo menos se ve verde y no es un puro mar de piedras como la bajada. Algo es algo. Y además se ven los lagos que visitamos la tarde anterior, y allí abajo, pequeñito, el refugio.
Llegamos al refugio, y son las cinco de la tarde, recogemos los trastos que hemos dejado allí, devolvemos crampones y piolet, pagamos la cuenta y para abajo.A estas alturas del día, la rodilla ya me duele bastante (al hacer movimiento de bajar un escalón), y cada vez me apoyo más en los bastones, pero ya sueño con la Besurta. Allí se puede coger un bus que lleva a Llanos del Hospital, pero Pedro me propone seguir andando. Pienso que ni de coña, pero de mi boca sale un “bueeeeeno, si insistes”. Así que dos horitas más de excursión hasta el coche, y bajamos a Benasque.
Gracias, Ricky, por este relato y por tus fotos. ¡Enhorabuena!
28 septiembre 2009
Dura semana con La Frontera de postre
La semana ha sido larga y dura -por eso el careto de aquí arriba-, porque salvo el miércoles, todos los días ha habido que sudar. Ya se sabe, que si estoy de vacaciones...
Lunes 45 minutos con la Pepa corriendo hacia el pantano de Bellús para empezar a preparar la Media Maratón de Valencia de noviembre. Posiblemente, si puedo cuadrar el calendario y no llego tarde a las inscripciones, también me apunte.
Martes 75 km con salida y llegada a Benigànim, y el Portitxol y la subida desde Aielo de Malferit por el medio. Preciosa como siempre, dura pero tranquila, y la vuelta por la autovía volando. Ontinyent-Benigànim, 30 km, en 55 minutos. Me encanta.
Jueves una hora de entrenamiento de carrera con la Pepa por el Parc Natural de El Saler, con trote entre pinos y los humedales, y series de velocidad muy bien llevadas por ella, y por la tarde 50 km de bici llanos hacia El Palmar y una hora de carrera a pie justo al acabar, con Luis Vives por el río de Valencia. Fue el peor día, porque Lucchino me llevó a un ritmo alto y yo no supe decir que no...
Viernes 80 km de bici de nuevo con Luis Vives y Diego hacia Olocau, renunciando Luis y yo a la subida de El Pico, por cansancio, todo sea dicho. Cambiamos la subida de 15 km por un almuerzo de napolitana de jamón y queso y Coca-Cola en un banco al sol. Bien hecho.
Sábado otros 80 km con otro Luis -Luis Cortés-, que celebró su segunda paternidad con su estreno en La Frontera, el puerto valenciano que más se asemeja al temido Marie Blanque francés. El principio no es duro entre los chalets, pero luego se empina un poco más y sobre todo lo que pesa es que no tiene ni un descanso. Casi 5 km con alguna rampa del 16%. La siguiente foto, con Luis seseando y retorciéndose, lo dice todo.

25 septiembre 2009
Video: Una de cansalà
Las imágenes son yendo a Fontanars por el camino de Gamellons. Una zona muy bonita sobre todo desde hace unos años, cuando el bosque ha estado recuperando el terreno perdido a la ceniza que en su día lo invadió todo... hace 15 años.
23 septiembre 2009
Ariadna Tudel en el Mundial
Hoy presento aquí a Ariadna Tudel, una deportista andorrana que va a estrenar los colores de su país en el Campeonato del Mundo de ciclismo en carretera. Será este próximo sábado a partir de las 9.00 por las carreteras de Mendrisio (Suiza), y será su oportunidad de darlo todo.

Ariadna no ganará. Puede que ni siquiera acabe. Como poder, todo puede ser, pero no es importante lo que haga, lo importante es lo que ha hecho. Estará en Mendrisio con las más fuertes, y eso es para ella (debe serlo) un honor. En la vida de un deportista de este nivel los objetivos siempre deben ser altos, y como mínimo, estar presente. Unos Juegos Olímpicos, un Mundial, una cita grande grandísima como esta, es un premio.
Desde aquí mi enhorabuena a Ariadna y, por supuesto, todo mi ánimo y mi poca fuerza, pero toda la que necesite. ¡Vinga Ariadna! ¡Molta força!
Sólo un consejo: Olvídate y disfruta, Ariadna. ¡Disfruta!
22 septiembre 2009
Video: Travesía de Raimon por Andorra
(Las necesidades de internet me han obligado a reducir el peso del video, y el rótulo por razones que superan mi conocimiento se ha cortado, pero vuestro conocimiento os hace ver que pone Andorra; También decir que hay fotos repetidas, y que las he dejado porque el montaje del video ha sido un infierno informático y al final, me he rendido, y mejor que se quede como está)
20 septiembre 2009
Duatlón d'Ordino: reencuentro con la dignidad
Aquí va un reportaje en primera persona de la carrera:
Ordino. Sábado. 10.05 de la mañana. 8 grados y poca gente por la calle. Una veintena de ciclistas en la línea de salida. Judith da la salida, neutralizada hasta la primera parte del puerto. Allí los buenos van dos metros por delante, cuatro, seis, diez, veinte, cincuenta... ya no se les ve. El intento por aguantar la rueda de Sophie Dusautoir y Ariadna Tudel dura lo que dura. Poco. Un kilómetro y lo dejo correr. No puedo. No hay ritmo, no hay fuerza, no hay nada. Adecúo el pedaleo, la respiración y la mente, y pienso en hacerlo tal como sé. Poco a poco. El Coll d’Ordino es duro. A los cinco kilómetros me adelanta un hombre que tiene, seguro, diez -o más- años que yo. Empiezo a pensar en mi dignidad.
Antes del calentamiento, con el dorsal que luego tapé por el frío: 8ºC.
En la linea de salida, pelado de frío.
Estabilizo pulsaciones, pedaleo y ritmo. Disfruto un poco, ahora sí, y llego arriba: transición. De un salto dejo la bici en manos de Agustí, me olvido de ella y busco las zapatillas. Cambio el calzado y a correr hacia el Casamanya. Los músculos alucinan, la dignidad bajo mínimos. Paro. El culo tiembla, los gemelos no responden.
Ariadna Tudel y Sophie Dusautoir, en plena ascensión. Un día hablaré de estas dos máquinas...
De nuevo en carrera, la respiración se complica, pero no tanto como las pendientes. Una primera loma y me pasa Carles -es su terreno-, después Josep Maria -nos miramos y nos preguntamos el porqué de este sufrimiento- y poco después otro que no conozco. Llego a la cima del Casamanya y meta del Duatló d'Ordino y, cuando creo que no tengo remedio, allí está mi dignidad, a pesar de haber acabado a más de 22 minutos del ganador, el incombustible Francesc Poujarniscle. Me adelantan sin remedio. No había nada que hacer.
Francesc Poujarniscle 'Putxi', en la transición. Acabaría ganando.
Mi transición, unos diez minutos después que los 'rebecos' andorranos.
Ahí va el forastero de las llanuras valencianas, desafiando pendientes. Dos minutos más tarde pararía, mirando al suelo y pensando: me muero.Por favor, que alguien aplauda a este señor, que prefiere desafiar leyes naturales a quedarse en casa un sábado por la mañana.
Tiempos finales:
CATEGORIA MASCULINA
1. Francesc Poujarniscle 1h 10min 31s
2. Xavi Teixidó 1h 13min 37s
3. Toni Casals 1h 14min 40s
...
15 (creo). Rafa Mora 1h 32min 39s
CATEGORIA FEMENINA
1. Sophie Dusautoir 1h 22min 26s
2. Imma Mascort 1h 34min 54s
18 septiembre 2009
El cielo se rompe
Nos ha amanecido estos últimos días con este cielo. Esas nubes luchando contra el sol por ganarle terreno me han recordado a Astérix y Obélix, cuyo único miedo como buenos y bravos galos es que el cielo caiga sobre sus cabezas. No diré tanto, pero en cierta manera simbólicamente el panorama es como si tal cosa.
Porque se han acabado los pantalones cortos, las camisetas y las chanclas, y de golpe, como si el cielo hubiera ganado la batalla al sol reinante en este espléndido verano, hemos sacado las chaquetas y los calcetines largos. "Alea jacta est", que diría Julio César. "¡Salud, Julio!", contesta habitualmente y con gracia Astérix.