16 enero 2011

Parón

Me se permitan unos días de asueto, gente. Arrivederci.

Nota: Parón no está aceptado por la Real Academia de la Lengua Española, que como sabemos va siempre a la velocidad de la vida. En su momento les pregunté y me dijeron que, en todo caso, parada. Parada tienen la lengua, coñe.

14 enero 2011

Felicidades de pastel



Ayer fue el cumpleaños de la Pepa y del Tony Lara. Da la casualidad que los dos nacieron el mismo día del mismo año, y son como dos gotas de agua con 35 años. Muchas felicidades a los dos, y sobre todo, mi enhorabuena por el pedazo de pastel que trajeron a la redacción. Absolutamente espectacular.

A la Pepa no hace falta presentarla. Tony es el fotógrado d'El Periòdic d'Andorra, y podeis ver parte de sus trabajos en su web: www.tonylara.es

12 enero 2011

Esos locos que corren

Son siete minutos de video. ¿Siete? Se convierten en tres, en dos, en menos. Se pasan volando. Es el video más encantador que he visto en mucho tiempo. Precioso, explica muchas cosas que no sabemos explicar. Piensa que, los siete minutos que tardes en verlo, aun siendo menos, seran tu mejor inversión. Porque a lo mejor, después te vas correr.

10 enero 2011

¿Existe censura en Andorra?

Hoy ha pasado una cosa curiosa en El Periòdic d'Andorra. En nuestra web hemos publicado una información sobre un policía andorrano, Robert Guirao, que se ha graduado en la Academia Nacional del FBI (http://elperiodicdandorra.com/societat/7660-un-funcionari-de-policia-andorra-es-gradua-a-lacademia-nacional-de-lfbi.html). El caso es que esa noticia de repente ha desaparecido.

Era ya tarde y sólo estábamos en el periódico un maquetador y yo, y han llamado hasta tres personas para preguntar, para mi sorpresa porque los he atendido yo, si habíamos censurado la noticia. Después de la primera llamada nos hemos puesto en contacto con los responsables del periódico y nadie sabía qué había pasado. De hecho, en nuestro mismo archivo interno esa noticia no se encontraba, ni tan solo en una papelera donde pudiera haber ido a parar en caso de haber chafado por error ese texto, cosa que puede pasar porque todos somos personas y nos equivocamos.

La evidencia dice que alguna cosa extraña ha pasado, pero no le hubiéramos dado más vueltas al asunto si las llamadas que hemos recibido sobre posible censura no fueran de gente del gremio de la policía, los cuales asumían como muy posible la acción de la censura en Andorra. Ante estas insinuaciones, yo no puedo más que sorprenderme, porque no creo que haya nadie interesado en impedir hacer pública una noticia sin ninguna intencionalidad como esta (aunque alguna de las llamadas lo ha puesto en duda), y menos pensar en que alguien externo al periódico y a nuestra web haya accedido a ella y haya borrado del sistema tal documento. Eso me suena a película americana y hacker de gran nivel.

En todo caso, ahí queda la duda, porque nadie en el periódico ha entrado en el sistema para hacer nada, primero porque éramos dos en la redacción, y segundo porque quién estaba al mando tampoco había recibido ninguna orden de quitar ninguna información, cosa que, por cierto, no ocurre aunque se pueda pensar lo contrario.

Hace tiempo que cuando hablo con el mundo exterior desde Andorra, vía telefónica desde mi casa, saludo a la policía por si me está escuchando. Unas buenas noches no pueden hacer daño. El caso es que ha pasado que algunas personas han hablado un día con un familiar que vive en España y le han dicho que le llevaban algo de dinero, y justo en la salida del país, cuando nunca o casi nunca te registran, sí lo han hecho. Qué cosas.

07 enero 2011

Un amigo entre la lluvia

El primer año de estar en Andorra, hubo dos días, puede que tres, en los que la Pepa tuvo que venir a por mí porque me pilló la lluvia... tormentas pirenaicas, pocas bromas con eso. Dos de ellas fueron justo al atravesar la frontera, y puede que otra esta en la que me tuve que resguardar en una casa de campo que estaba abierta. Allí encontré un techo y un amigo.

05 enero 2011

Queridos Reyes Magos

Sé que es muy justo de tiempo pero lo que os quiero pedir tal vez me sea concedido. He estado pensando mucho estos días en qué pediros, y he llegado a la conclusión de que nada material me hace falta. Todo me parece superfluo y banal, a excepción de una cosa.

En realidad, quisiera que me regalarais la fórmula mágica para tener a mi lado durante toda la vida a la Pepa. Es que estos días he pensado mucho en ella como suelo hacer cada semana, y me he dado gracias por haberla encontrado en mi camino. No sé en qué momento de mi vida se me cruzó por delante esta persona tan llena de vida e ilusiones, tan pícara y tan maravillosa.

Siento que se me acaba el mundo si un día ella se aleja, y como eso espero que no me pase nunca, os pido por favor que permitáis que estemos juntos hasta que la Tierra nos engulla con toda su fuerza. No es un deseo banal ni nada material, sino de sentimiento y cariño hacia la persona que más a gusto me hace estar en el mundo. Sin su sonrisa yo no sería el mismo, sin su cariño no duraría ni un segundo, sin su amor sería un cero a la izquierda.

Quisiera poder despertarme cada día a su lado como hago ahora y darle un beso de buenos días con la cara embotada por las horas de sueño. Eso es lo que os pido. Sé que es mucho, pero ¿acaso hay alguna carta a los Reyes Magos que no sea excesiva?

04 enero 2011

Ley antitabaco: ¿Legislar o criminalizar?

Un fumador va por la calle el día 2 de enero de 2011. Mira a su alrededor. Ni colegios ni hospitales a la vista. El tío se enchufa el cigarrito y se pone a caminar, pensando en sus cosas y en el tabaco que acaba de encender. Mira que si me enganchan... Va paso a paso mirando en todas las esquinas, no sea que al girar se encuentre de lleno con la puerta de un cole o una ambulancia le avise de que está a pocos metros de terreno peligroso.


El fumeta no lo ve claro. No sabe por dónde ir ni si hace bien en llevar el winston entre los dedos, así que titubea mientras mira de soslayo una cortina que, dos pisos más arriba en la finca de enfrente, se ha movido. Intuye una señora con los rulos puestos y al quite, teléfono en mano llamando a la guardia, oiga, que aquí hay un fumador y el cole de mis nietas está justo al lado.




El tipo sale corriendo sin desprenderse de su cigarro, y cuando pasa cerca de un bar hace el ademán de entrar allá donde siempre se ha encontrado seguro, pero un cartel lo frena mientras del fondo del local sale la voz de la ministrísima trepa Pajín diciendo aquello de "hay que denunciar".


Nuestro resignado fumador sigue en la huida y pasa por un quiosco de prensa en donde en portada de un periódico lee que el alcalde de Valladolid -erre que erre con la Pajín- acusa a la ministrísima de instigar a hacer lo que antaño hizo el nazismo con los judíos: denuncia y castigo. Con el cigarro en la boca, el colega hace una mueca de complacencia, pero no le da tiempo a más cuando ve a dos policías locales salir del coche patrulla porra en mano en busca del delincuente. Corre y cruza, sin querer, por delante de un hospital: entre los coches del párquing el agente de seguridad se abalanza sobre él pero sale ileso del envite y aún con el tabaco en la boca, mientras los locales siguen su estela como alma que lleva el diablo. Mientras tanto, en lo alto del centro de salud aterriza un helicóptero que trae a la Pajín y al Zapatero en visita oficial para ver cómo se desarrolla el tema después de las primeras horas de prohibición, y a todo esto nuestro amigo sigue esquivando a la ley con quiebros de rejoneador.


Zapatero y Pajín se asoman a la cornisa y siguen atentos la acción, se miran encantados y sonríen. De aquí a dos días no fuma ni dios, se dicen, y en esas estamos cuando del cielo se abre una nube, luego otra y luego más, y aparece San Pedro con un caliqueño entre los dientes en pos del placer. Oiga, señor presidente, ¿no cree usted que como broma ya es suficiente? Abajo, los policías se han parado ante la luz que emana del cielo, el perseguido fumador se detiene sofocado y presta atención a lo que acontece en las alturas. Y entonces, un avión del ejército para misiones especiales abate la nube del santo, que cae de bruces sobre la escalera que da acceso al centro sanitario, con el purito en la boca y firme como las esposas que dos afanados policías locales le ponen en las muñecas.

San Pedro pataela y menta a la divina providencia, mientras el presidente y la ministra se dan un abrazo alborozados. Ya te digo, Leire, que aquí en dos días no fuma ni dios. Legislar, brama el fumador perseguido que ya está acorralado, no es criminalizar. ¿O qué?.